El enojo del embajador en China con el manejo del comercio exterior
Diego Guelar habló de la grave crisis en la balanza de pagos y dijo que Argentina exporta en valores constantes menos que hace 10 años.
Una fuerte e inédita queja al canciller Jorge Faurie por parte del embajador argentino en China, Diego Guelar, refleja la crítica situación del comercio exterior y un desorden importante en el funcionamiento institucional, que cada vez que cambia el gobierno se “refunda” sin continuidad.
En un ida y vuelta de misivas, Guelar le pidió finalmente al ministro Faurie que eleve copia de su reflexión y reclamo de que se mejore el proceder al presidente Mauricio Macri, al jefe de Gabinete Marcos Peña -con quien Guelar no tiene buen vínculo- y al secretario de asuntos Estratégicos, Fulvio Pompeo.
El jefe de la embajada en Beijing, que es político y no de carrera, alertó en su escrito sobre la “grave crisis” en la balanza de pagos del país y que Argentina exporta en valores constantes “menos que hace 10 años”. Y con un enojo que encontró un silencioso pero masivo apoyo en la Cancillería -de hecho fueron sus colegas quienes filtraron los cables-, Guelar consideró como “decisión equivocada” que el ministerio de Relaciones Exteriores perdiera por decreto en 2011 el manejo del Comercio Exterior. Fue cuando Cristina Kirchner decidió dárselo al súper secretario de Comercio Guillermo Moreno.
Pero Guelar no es benevolente con lo que ocurre actualmente. Desde 2011, escribió, las exportaciones fueron cayendo progresivamente de US$ 83.000 millones a US$ 58.000 millones, en 2017, con políticas cambiarias opuestas. Y le recuerda a Faurie y a Macri que el déficit comercial fue récord, de US$ 8,471 millones. Un desempeño sumamente inferior al de por ejemplo vecinos como Chile y Brasil.
La misiva que le envió Guelar a Faurie refleja también las dificultades que se le presentan a los representantes del país afuera a la hora de “vender” la Argentina y sus productos en tiempos en que una fuerte reducción del presupuesto repercute en el trabajo de la administración pública nacional mientras al mismo tiempo se les exige trabajar para que aumenten las exportaciones. Se los quiere medir por productividad.