¿Cómo te puedo ayudar?

Hay una historia que, sin tener ninguna relación con la realidad, me atrapó:

“Había cuatro personas que vivían juntas (o tal vez trabajaban en la misma empresa) cuyos nombres eran Todo el Mundo, Alguien, Cualquiera y Nadie. Un día se presentó una situación que debía resolverse prontamente. Todo el Mundo se quedó tranquilo ya que seguramente Alguien lo haría. En verdad Cualquiera podría haberlo hecho, pero finalmente Nadie lo hizo.

Alguien se enojo, ya que era un trabajo para Todo el Mundo, pero este pensó que Cualquiera lo haría, y Nadie comprendió que no lo haría.

Todo termino muy mal, ya que Todo el Mundo culpó a Alguien porque Nadie hizo lo que Cualquiera podría haber hecho.

Cuando reflexiono sobre el día a día, en lo cotidiano me pregunto:

¿Cuántas veces espero que otros resuelvan los problemas que de alguna manera también yo podría involucrarme?

¿Cuántas veces reclamo ayuda, o pienso este tema no es de mi responsabilidad?

Y también me pregunto, cuantas veces digo proactivamente ¿cómo te puedo ayudar?

Lo positivo (y también lo negativo) genera sinergia, se potencia, si pienso que puedo es probable que pueda, si ofrezco mi ayuda es probable que reciba ayuda, y así a quien ayudé y junto con quien me ayude desarrollaremos una capacidad muy grande para alcanzar el éxito.

En oportunidades prima el dame, se prioriza el nunca me ayudó, me pregunto cómo sería una sociedad (y también las empresas) si prevaleciera el “¿qué puedo hacer por vos?, ¿necesitas mi ayuda? Contá conmigo.

Alguna vez Alguien me dijo : no se cómo ayudar, yo esperaba que Cualquiera o mejor aún Todo el Mundo supiera cómo ayudarme, pero en realidad Nadie lo sabía.

¿Cómo te puedo ayudar?

Escuchando, a veces solo escuchando cuando el otro lo necesita, involucrándome con mis pensamientos, mi tiempo y también mi esfuerzo cuando veo que el otro flaquea, y porque no también alentando a quien habiendo dado todo su esfuerzo aún no consigue los resultados deseados.

Los seres humanos somos inteligentes, y por ello nuestra capacidad de aprender es infinita, ¿será posible obtener enseñanzas de la siguiente fábula? :

Un joven decepcionado con la vida, a la que consideraba inhumana por la forma en que se comportaban las personas, mientras caminaba por un monte observó a una liebre que le acercaba comida a un lince herido que no podía moverse.

Pensó que se trataba de algo casual, no obstante regreso al día siguiente y también observó que la liebre le traía un trozo de carne al lince, se lo dejaba cerca, y así sucesivamente hasta que el lince se recuperó y pudo obtener comida por sí mismo.

Esto le provocó una profunda admiración y recapacitó repitiendo para su interior: si los animales pueden ayudarse  de esta manera, mucho mejor lo pueden hacer los seres humanos. Decidido a experimentar regresó a la ciudad y se tiró en el piso esperando que alguien le ayudara.

Pasaron los minutos y las horas, comenzó a tener hambre, frio, sintió como debe sentirse el abandonado, el enfermo, el hambriento, y su corazón estaba decepcionado, hasta que de pronto una voz interior sacudió todo su ser diciéndole: “Si quieres ser útil en la vida, si quieres seguir creyendo en el prójimo, si deseas construir el futuro y no lamentar el pasado, déjate de hacer el lince y actúa como la liebre”.