La cosecha argentina de girasol crecerá un 50 por ciento en 2015
Pese a los controles para exportar, la siembra de este cultivo es impulsada por precios atractivos. El ciclo previo fue el de menor producción en 30 años.
La producción de girasol de Argentina crecería hasta un 50% en la campaña 2014/15 y alcanzaría los 3 millones de toneladas, luego de haber llegado a su producción más baja en poco más de 30 años en el ciclo previo, dijeron especialistas.
Impulsados por precios internacionales favorables para el cultivo, los agricultores dedicarán más hectáreas al girasol este año, aunque los elevados impuestos a la exportación que rigen sobre el complejo girasolero aún condicionan la producción del grano, agregaron.
Argentina es un importante proveedor internacional de aceite de girasol, aunque, según datos oficiales, en la temporada 2013/14 la cosecha del grano fue de sólo 2 millones de toneladas, la cifra más baja en 32 años.
En la temporada 2013/14, a un área también históricamente reducida, de 1,3 millones de hectáreas, se le sumaron condiciones climáticas adversas en el noreste del país, una de las más importantes regiones productoras del grano.
“Creo que no es tan descabellado pensar en 1,6 millones de hectáreas para este año, que se pueden plasmar en 3 millones de toneladas. Va a haber un rebote, pero igual se parte de una base muy baja”, dijo a Reuters Gustavo López, director de la consultora Agritrend.
El Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA) estimó la cosecha de girasol 2014/15 de Argentina en 2,9 millones de toneladas, por encima de los 2,3 millones que, según la entidad, había recolectado en la campaña previa.
“Hay un componente de precios internacionales bueno porque, primero, hay una demanda muy activa de parte de China e India y, por otro lado, no hay una acumulación fuerte de reservas mundiales de palma, el aceite más competitivo, tampoco de soja”, señaló López.
No obstante, “lo que no colabora es el tema de las retenciones, que están a niveles muy similares a los de la soja”, dijo Luis Arias, presidente de la Asociación Argentina de Girasol (Asagir), entidad que nucléa a los distintos sectores de la cadena del cultivo. Si bien los precios de ambas oleaginosas es similar, la productividad del girasol es cerca de un tercio de los rendimientos que obtiene la soja a lo que se le suma una mayor demanda internacional de aceite de soja.
El Gobierno argentino aplica un impuesto del 32% a las exportaciones de granos de girasol y una tasa del 30% a las ventas al exterior de su aceite derivado. En el caso de la soja, el gravamen a la exportación del grano es de 35%, mientras que el de su aceite es de 32 por ciento.
Casi la totalidad del girasol de Argentina es molido y comercializado internacionalmente como aceite. A su vez, es el principal proveedor mundial de aceite y harina de soja, y el tercero de porotos del grano.
“Acá el punto básicamente es que el girasol no resiste la situación actual de retenciones. Si hay una reducción de éstas, alentaría el cultivo. Podría volverse más atractivo si al menos las bajaron al 10 por ciento”, dijo López a Reuters.
Según Arias, una recorte de 15 puntos porcentuales en los impuestos a las exportaciones del complejo girasolero se traduciría en 150 dólares más por hectárea para el agricultor, impulsando la siembra de la oleaginosa. “No podemos volver a un mercado oleaginoso como el de antes del 2000 (cuando se produjo el ‘boom’ de la soja en Argentina), porque han aparecido otros actores. Pero sí creemos factible buscar un sistema sustentable productivo y económico para los productores”, agregó.
Fuente: iProfesional.com