Maersk cumplió 20 años en el país
El Cornelia Maersk, un portacontenedores de 1000 TEU de capacidad con grúas a bordo, arribó por primera vez al puerto de Buenos Aires en 1994, y marcó el inicio de las operaciones del principal armador del mundo en la Argentina, con un servicio quincenal a los Estados Unidos.
Maersk Line cumplió 20 años en la Argentina, y es uno de los testigos privilegiados del impacto que tuvo el contenedor en el comercio exterior argentino y en el transporte marítimo internacional.
En esa época de plena desregulación, Maersk participó de la importación fuerte de infraestructura y maquinarias para la industria que caracterizó la década del 90. Entre 1996 y 1997, comienza a traccionar fuerte la industria automotriz desde Europa, y se aprovecha así para lanzar un servicio directo, sumándose al servicio a los Estados Unidos, ambos productos en joint con Sealand.
En tanto, en 1997 también arranca el servicio a la Patagonia, tercerizado, para comenzar a contenedorizar la fruta.
En 1999, Maersk compra Sealand, y las dos organizaciones se unen en la Argentina con un fuerte énfasis en mercados específicos, sobre todo, en la carga patagónica. La demanda crecía y Maersk decidió traer su propio feeder y abrir, en 2001, oficinas en Puerto Madryn, a las que le siguieron las de Puerto Deseado y Ushuaia. Hacia 2002, comienzan a contenedorizarse las peras y las manzanas en San Antonio Oeste, transportadas luego en un feeder.
El 2003 marcó un nuevo hito con la llegada de los “L Class”, buques que se construyeron dedicados para la costa este de América del Sur, con 3500 TEU de capacidad, de los cuales 1500 eran para contenedores refrigerados.
Un año más tarde, el 80% de la bodega de los “L Class” partía con carga argentina. “Eran casi 1000 contenedores por semana, con fruta y pescado”, recuerda Marcos Hansen, director comercial del cluster Río de la Plata de Maersk Line. Ese mismo 2004, Maersk amarra en Mar del Plata.
El crecimiento del armador en la Argentina se completó en 2006, con la dedicación de un feeder en Rosario para atender los cítricos y otras cargas regionales. En el plano internacional, absorbe al armador P&O, lo que marca el arranque del servicio directo a Asia. “Los mercados en ese entonces crecían entre el 12 y 14% anual. La dinámica entre 2002 y 2008 fue muy fuerte. Pero la estructura era muy grande y se inició un proceso de reestructuración, ocho meses antes de que se desencadenara la crisis global”, añade Hansen.
Luego del tibio rebote de 2010, en 2011 Maersk trae la nueva generación de buques, los Sammax, de entre 7500 y 8000 TEU, con 1700 enchufes.
Este año, Maersk anunció que la marca Sealand será la adoptada para los tráficos entre las Américas, replicando otros modelos.
“La Argentina tiene un potencial para crecer en contenedores de entre 30 y 40%. Hay que prestar atención hoy, no esperar a que llegue todo de golpe. La capacidad productiva está y no se puede parar”, señaló Hansen.
Maersk Line mueve en la Argentina alrededor de 140.000 TEU por año, y tiene una cobertura nacional de ocho puertos. Su penetración en el mercado asciende al 35% en el segmento reefer, 15% en carga seca y 15% en las importaciones. “Vamos a seguir invirtiendo en la Argentina, y potenciar nuestra estrategia de acercarnos al cliente con un buen producto, de la manera más económica posible para ser competitivo”, concluyó Hansen.
ALIANZA
Las navieras Maersk Line y Mediterranean Shipping Company (MSC) compartirán bodega de sus buques en un acuerdo de 10 años de duración para servir las rutas comerciales del Este y el Oeste. La alianza, denominada 2M, incluirá 185 buques que en conjunto representan una capacidad de 2,1 millones de TEU en 21 tráficos.
La decisión de los dos principales armadores de portacontenedores del mundo sobrevino luego de que el gobierno chino frustrara la alianza P3, que vinculaba operativamente a las dos líneas con la francesa CMA CGM.
“Compartimos la misma ambición de tener la operación más eficiente posible. Vamos a continuar ofreciendo a nuestros clientes un servicio confiable y con tarifas atractivas. Para eso, debemos ser innovadores, reducir nuestros costos y al mismo tiempo mantener las frecuencias y la cobertura (de nuestros servicios)”, indicó Søren Skou, CEO de Maersk Line, según el portal MarineLink.com.
Fuente: La Nación