El boom de los alimentos funcionales
Se estima que el mercado global de alimentos funcionales podría alcanzar los US$ 54 mil millones en 2017, un incremento del 25% comparado con datos del año 2013.
Qué son?
El término se acuñó originalmente en Japón, en los ’80. En 1991, el Ministerio de Salud y Bienestar reglamentó condiciones para aprobación de los denominados alimentos funcionales (Alimentos para Uso Específico en Salud –FOSHU).
Si bien no hay una legislación armonizada, estos productos reciben un enfoque similar en casi todos los países, siendo generalmente identificados como alimentos de diseño, nutracéuticos o farmalimentos.
Se los define como “alimentos que proporcionan beneficios para la salud más allá de la nutrición básica”.
Desarrollos
La industria ha desarrollado productos diferenciados que se caracterizan por aportar ventajas saludables, por ejemplo, mayor contenido de fibra, minerales o vitaminas.
El agregado de ciertas sustancias biológicamente activas, como los fitosteroles (antioxidantes) y componentes probióticos (microorganismos cultivados) hace a la condición funcional de un alimento.
Esta condición se da también en alimentos cuyo contenido de sustancias perjudiciales se disminuye o se elimina, por ejemplo, los productos reducidos en grasas o con bajo tenor de sodio.
En otros casos casos, la funcionalidad está orientada a requerimientos dietarios específicos, como los alimentos aptos para diabéticos (cero azúcar) o celíacos (libres de gluten, sin TACC).
Mercado
En el último decenio, el mercado de alimentos funcionales creció a razón de 4% anual. Este incremento no es homogéneo y se basa en estudios realizados en Unión Europea, Japón, EEUU y Canadá. No obstante, se estima que para el periodo 2015-2020, el boom de los nutracéuticos se extenderá a buena parte de los países en desarrollo.
EEUU sería el mercado con mayor crecimiento, seguido por Japón y los países de Asia-Pacífico.
También en Europa la categoría registra un franco crecimiento, aunque con pronósticos más conservadores debido a las limitaciones que impone la legislación referida a declaraciones de propiedades saludables.
Legislación
La Unión Europea posee la legislación más estricta en esta materia; exige requisitos concretos de investigación, desarrollo tecnológico y demostración científica. Desde que se promulgó la Resolución 1924/2006 que reglamenta las llamadas “health claims” (alegaciones de salud), casi el 80% de las solicitudes fueron rechazadas por la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria.
En Japón actualmente hay unos 100 productos que se comercializan con rótulo “Foshu”.
En EEUU, desde 1993, la Administración de Drogas y Alimentos autoriza alegaciones “que reducen el riesgo de padecer enfermedades” en ciertos productos. Para ello, se exigen “evidencias científicas públicamente disponibles y consenso científico entre los expertos de que dichas alegaciones están respaldadas por pruebas”.
Visiones
Principalmente en los países desarrollados surgió una visión crítica por parte de los consumidores hacia los productos procesados, con exceso de ingredientes artificiales o con componentes transgénicos, junto con una marcada preocupación por los índices de obesidad.
Tales circunstancias contribuyeron a aumentar el interés por el concepto de alimentación saludable asociado a una mejor calidad de vida. Las acciones de marketing hicieron el resto, y en ese escenario, los alimentos naturales y funcionales adquirieron un rol preponderante.
Datos
El 56% de los consumidores norteamericanos adquiere alimentos o bebidas funcionales. La mayoría centra su atención en propiedades que reducen el colesterol, previene enfermedades coronarias y retrasan signos del envejecimiento. En segundo lugar, aparecen aquellos vinculados con el control de la hipertensión, prevención del cancer, la diabetes tipo 2 y el Alzheimer.
Un estudio publicado por Food Technology en 2014, dice que “casi nueve de cada 10 adultos optaron por consumir más vitaminas y minerales, e incluir más omega 3 en sus dietas”.
Sólo en los EEUU se gastaron cerca de US$9 mil millones en alimentos funcionales y más de US$10 mil millones en alimentos y bebidas naturales u orgánicas.
Los “sport foods”
A partir de 2010 se produjo una notable expansión en las ventas del segmento de nutrición deportiva.
Productos originalmente diseñados para cubrir las necesidades específicas de los atletas, empezaron a ser consumidos en forma masiva por deportistas recreativos, primero, y luego por porciones crecientes de la población general. Actualmente, 6 de cada 10 adultos norteamericanos consumen alimentos para deportistas, y las ventas combinadas de bebidas energizantes, suplementos proteínicos y barras nutritivas alcanzan los US$26 mil millones en los USA y Canadá.