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Hacia dónde vamos en los próximos 5 años

La economía mundial le sigue dando una oportunidad a la Argentina, siempre que vayamos de la mano con Brasil y, en parte, Chile. Nuevamente tallan fuerte los acuerdos en el comercio internacional.

Proyectar como será el comercio exterior argentino de aquí a 5 años implica, además de una cuota de audacia e imaginación de parte del autor, reflexionar sobre las variables del contexto internacional y nacional en que desenvolverá nuestra economía y por ende las exportaciones e importaciones de ese período.

En primer lugar tomemos algunos aspectos de la agenda internacional que seguramente tomarán aún mayor peso que el que ya tienen, en los 5 años venideros y su relación con la Argentina:

  1. Seguridad alimentaria.
  2. Mitigación y adaptación al calentamiento global, cuidado creciente del medio ambiente, seguridad energética.
  3. Proteccionismo del nuevo cuño.
  4. El peso decisivo en el campo político y económico de países emergentes como China, India y Brasil.

A partir de la suba de los precios de los alimentos ocurrida en el año 2008, su posterior baja pero a niveles muy superiores a los históricos, ha quedado claro que estructuralmente un fenómeno llegó para quedarse y es el de una demanda creciente parte producto del proceso de urbanización y la mas significativa por el impacto de la aparición de segmentos importantes de población de países emergentes, con mayor nivel de ingreso que consumen una dieta mayor y más variada.

Es interesante observar que, pese a la fuerte caída del comercio internacional, la porción relativa a alimentos disminuyó levemente y esa reducción tuvo más que ver con restricciones y barreras que a la caída efectiva de la demanda.

No es de extrañar entonces que ya haya varios países saliendo de “compras” de tierras fértiles para asegurar el abastecimiento futuro de sus poblaciones, entre ellos China, Arabia Saudita, otros países del Golfo Pérsico y Corea.

Otra tendencia interesante que va tomando volumen y seguramente crecerá con vigor en los próximos 5 años, es la de los consumidores con mayor conciencia ambiental y que desean conocer como se elaboran los alimentos que forman su dieta y están dispuestos a pagar un diferencial para aquellos que hayan sido cuidadosos con el medio ambiente en su cadena de valor. (1)

La situación a futuro de los países productores/exportadores netos como la Argentina es promisoria teniendo en cuenta que no solo se trata de un crecimiento esperado para los commodities, sino que hay excelentes posibilidades para lácteos, cárnicos y también para productos  diferenciados de menor volumen pero de mejor relación precio.

La relación entre cambio climático, medio ambiente y comercio va siendo cada vez más evidente, en la medida que las discusiones sobre cuales deben ser los límites a la contaminación, provenientes de la emisión de dióxido de carbono y de otros gases como el metano, van subiendo de tono y enfrenta a los países desarrollados con los emergentes y entre estos entre los que mas contaminan por generación eléctrica, industria y transporte – China por caso que ya es responsable como Estados Unidos del 20 % de las emisiones mundiales – o por deforestación como sucede con Brasil e Indonesia.

Hay toda una intención expresada principalmente por el presidente Sarkosy en la Unión Europea y por la mayoría demócrata en el Congreso norteamericano (con significativo apoyo republicano) para que las empresas de esos países que se sometan a reglas medio ambientales mas exigentes, sean protegidas de la “competencia desleal” de aquellas provenientes de otros países que las incumplan mediante la aplicación de “impuestos en frontera”.(2)

No es entonces casual, que la OCDE este proponiendo a China un acuerdo de desgravación progresiva y rápida de los aranceles de importación sobre bienes y servicios ecológicos excluyendo “llamativamente” a los bio-combustibles. Estos “acuerdos sectoriales” que vienen pregonando hace ya tiempo los responsables de comercio norteamericanos y europeos –hace poco se acordó con China uno similar para la industria farmacéutica que abarca el 90% de la producción mundial de fármacos y sus insumos específicos– tiende por un lado a aislar la discusión agrícola promovida por el G-20 OMC y por otro a potenciar el comercio y las inversiones entre los países desarrollados y China, en la búsqueda de alianzas estratégicas para la conquista de otros mercados y al mismo tiempo bloquear vía barreras las posibilidades de expansión de los otros países emergentes.

Es por eso que señalo como “el proteccionismo del nuevo cuño” al que esta surgiendo no sólo como consecuencia de la crisis económica, sino por los nuevos escenarios pos-crisis, donde así como la mitigación y adaptación al cambio climático surge como el gran “driver” tecnológico, de las inversiones y el comercio, también puede transformarse en la gran barrera de los países desarrollados inclusive en alianza con China, país este obviamente mucho más interesada en el acceso de sus productos industriales que en luchar por una política agrícola más justa y equitativa.

Por eso es que mientras la Ronda Doha sigue languideciendo, los grupos empresariales norteamericanos y europeos presionan a sus gobiernos para avanzar en los campos de su interés, la denominada “nueva agenda”, mientras protegen manteniendo subsidios ya prohibidos por la OMC como en el caso del algodón ganado por Brasil  y que le permitiría a ese país aplicar medidasretaliatorias.

En los 5 años por venir deberá haber una nueva arquitectura del poder mundial, que esperemos sea lo menos conflictiva posible, en ella tendrán un papel mas acorde a su verdadero peso y potencial de desarrollo países como China, India, Brasil y otros emergentes de Asia.

Corregir las distorsiones

La oportunidad que se le presenta a la Argentina teniendo al lado a un país como Brasil y en menor grado pero también importante a Chile, mas lo que se señalara al principio sobre crecientes demandas alimentarias del mundo emergente y las mas sofisticadas pero también significativas en número y poder adquisitivo de capas de población más preocupadas en cuanto a la calidad de los productos, brinda una sólida chance de inserción internacional a nuestro país.

Sin embargo, no deben dejarse de lado cuatro aspectos a mí entender fundamentales  para que el comercio exterior argentino crezca sólidamente a través de esos 5 años:

  1. Deben resolverse los cuellos de botella energéticos, consecuencia de una política de desestímulo a la inversión y a la producción petrolera y gasífera y de la ausencia de una planificación en la generación de nuevas obras hidroeléctricas y nucleares. Al mismo tiempo debería iniciarse una programa de eficiencia energética no solo por razones ambientales, sino para evitar estrangulamientos en el abastecimiento
  2. Nuestras relaciones internacionales deben ser activas privilegiando la relación con nuestro vecinos, finalizando esta etapa de “aislamiento” y confrontación, donde sólo con Venezuela hemos tenido una trato especial, con todo lo que ello implica de negativo al no tener un equilibrio de intereses con otros países americanos, europeos y asiáticos de igual o mayor importancia
  3. Con Brasil hay que seguir avanzando en acuerdos de complementación productiva y comercial en diversos sectores. La Copa del Mundo 2014 y los Juegos Olímpicos 2016 ambos a llevarse a cabo en territorio brasileño, son una excelente oportunidad para avanzar en ese camino, como lo es por su importancia productiva la puesta en producción de los yacimientos off shore, que de acuerdo a las estimaciones de Petrobrás implica el desarrollo de 24 cadenas de valor completas. También el tema de los bio-combustibles es un campo propicio para la acción conjunta habida cuenta de los avances de Brasil en etanol y de biodiesel en la Argentina
  4. Para crecer en sus exportaciones la Argentina debe tener instituciones apropiadas en materia de financiamiento de mediano y largo plazo y de garantías de riesgo comercial y político. A su vez eliminar impuestos distorsivos y simplificar los estímulos fiscales –aparte de cobrarlos en tiempo y forma– En otra palabras hay que tener un banco de comercio exterior y una agencia de seguros de garantía si queremos desarrollar nuevas formas de comercio en ingeniería, construcciones, plantas y de paso exportar bienes.

Resumiendo puede haber otra oportunidad pero cuidado si las distorsiones que actualmente tiene nuestro comercio exterior no se van corrigiendo, antes que nos demos cuenta los 5 años venideros se nos escurrirán como el agua entre las manos,

www.raulochoa.com.ar

[1] La norma GLOBALGAP destinada a la certificación de calidad de los productos va en esa dirección. Hay todo un mercado para productos que no utilicen semillas transgénicas en los países europeos

[2] Se recomienda el estudio “ El Comercio y el Cambio Climático” publicado por la OMC en mayo de este año www.omc.org

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