La empresa y el deportista
El deportista es cuerpo y mente, ¿cuál es la mente en las empresas?
Competitividad es una palabra de suma actualidad, parece difícil encontrar alguna empresa donde este tema no esté instalado en el centro de la misma. Podemos definirla como capacidad para competir en determinado medio, y competir es participar, luchar, rivalizar por un mismo objetivo (título, premio, mercado, dinero, reconocimiento).
La definición de competitividad, y en ella la de competir, significa reconocer que no estamos participando solos ni de manera aislada, el deportista lo hace con otros deportistas, y las empresas con otras empresas, esta simplificación parece obvia, pero es bueno recordar que al levantarnos, si nos afeitamos, probablemente la maquinita sea de EE.UU., al calentar el desayuno usemos gas de Bolivia, caminemos con zapatillas fabricadas en algún lugar de Asia ( aunque el origen de la marca y el diseño sea de América del Norte o Alemania), salgamos en un automóvil que puede ser originario de Brasil y al llegar a nuestros trabajos usemos lapiceras “made in China”.
Por otro lado algunas personas en Uruguay desayunan alimentos argentinos, en México o Perú brindan con vino de Mendoza, Argentina, en Italia fabrican zapatos con nuestro cuero, en Brasil conducen automóviles argentinos y deportistas de nuestro país triunfan en diferentes deportes y en múltiples países.
Esto significa que si produzco un bien o servicio en Argentina debo tener el precio, la calidad, el atractivo innovador y todo aquello que el cliente busca no solo para competir con el resto de las compañías argentinas, sino que firmas del mundo están presente en nuestra tierra, de la misma manera los productores de los lugares más remotos deben prepararse porque los productos “made in Argentina” también participan y compiten en busca de negocios, mercado, prestigio y dinero en diferentes mercados globales.
La pregunta clave es ¿Cuán competitivo soy?
Para los deportistas parece más fácil encontrar una respuesta, y también surgen en forma espontánea cuáles son las características de un deportista de elite: sacrificio, perseverancia, respeto por sí mismo y por los demás, estrategia, entrenamiento, deseos de ganar, preparación mental, control de las emociones; sin olvidarnos de la innovación tecnológica (en la ropa, el calzado, etc.) y el trabajo en equipo.
Ahora bien, una organización, ¿cuándo es competitiva? ¿Podemos hacer una comparación con el deportista y repasar si sus características también son validas para las empresas?
¿Es importante la perseverancia?
¿Es fundamental la estrategia?
¿Es esencial la innovación tecnológica?
¿El trabajo en equipo es trascendental?
Si todas las respuestas fueron “sí”, podemos concluir que las particularidades de un deportista competitivo y las de una empresa competitiva no difieren en mucho.
El deportista es cuerpo y mente (como concepto lingüístico simplificado), ¿cuál es la mente en las empresas? La mente son las ideas de sus directivos, de sus mandos medios y de sus equipos operativos, la mente es la cultura organizacional, es la visión, la filosofía, es la voz del cliente que habla en cada reunión, es pensar en ser cada día mejor, en querer ser cada día mejor.
¿Y el cuerpo de las empresas? El cuerpo también son sus personas, también sus equipos, procesos, métodos y sistemas de trabajo. ¿Cuánto valor agregado le brindamos a nuestro trabajo? ¿Tenemos más músculos o más grasa? Nuestros métodos y procesos deben agregar valor que el cliente aprecie y con ello haga que nos prefiera, y por supuesto el resultado final debe ser con un precio que el mercado acepte, ya que como compartimos anteriormente hay algunos postulados básicos:
- No estamos solos
- El cliente no paga un precio mayor cuando puede conseguir el mismo bien por un precio menor.
Reflexionar y actuar en estos temas es interesante, ya que siempre puede ser un buen momento para revisar nuestros modelos de trabajo y sin duda aprovechar múltiples oportunidades que probablemente estén frente a nuestros ojos, pero por alguna causa no conseguimos divisar claramente.
Hoy es el día, como dijo Mahatma Gandhi : “Si tengo fe en que soy capaz de hacerlo, adquiriré seguramente la capacidad de realizarlo, aún si no la poseía al comenzar”.
¿Estamos listos? La competencia ya empezó.
*Gerente de Compras y Logística de ZF Sachs Argentina S.A.