
El comercio mundial paralizado por el Covid-19
Por Hernán Luna / El mundo está en modo stand-by. El comercio mundial comenzó poco a poco a quietarse ante el brote de corona virus, que inició su recorrido desde Oriente hacia Occidente, con el año nuevo chino, a fines de Enero, a pesar de la cuarentena impuesta por el gobierno de Xi Jinping para frenarlo, el Covid-19, hoy se expande por el mundo, con un efecto multiplicador que alcanzo su tope máximo en Italia, para luego ir afectando y generando pánico en el resto de Europa, cruzar el Atlántico y propagarse por América siendo hoy Estados Unidos el país con más casos.

Lic. Hernán Luna, Consultor en Comercio Exterior
A la recesión internacional 2019 y la guerra entre China y Estados Unidos, por el protagonismo mundial, las devaluaciones ininterrumpidas de las monedas de China, Turquía, países de Latinoamérica, la salida del Reino Unido de la Unión Europea, con todas sus consecuencias económicas regionales y locales, en medio de tal caos mundial, aparece el virus. Ante este desolador panorama China tuvo que suspender, por fuerza mayor, sus compra-ventas con el mundo, aprovechando esta situación, el gobierno de Estados Unidos vio en el horizonte una oportunidad única de permanecer en el podio como líder mundial indiscutido. Pero la paciencia y la disciplina oriental, fueron más fuertes y los chinos lograron en poco tiempo, calmar la propagación del virus y retomar sus negocios. No obstante, la grieta política-comercial entre las dos potencias se profundizo cuando Estados Unidos, por no tomar medidas a tiempo que detuvieran la pandemia, culpó a China, y decidió presentar una demanda colectiva por medio de reconocido bufete de abogados del Estado de Florida al gobierno de Beijing. A esta altura de los acontecimientos, el gigante asiático, está más tranquilo, con ansias de trabajar, pero sus socios comerciales diseminados por el mundo, están de cuarenta.
Y este complejo escenario con actores extranjeros, nos afecta en nuestro día a día, hoy es inconcebible el mundo sin la fluidez del comercio, sin el intercambio de mercancías y sin movimiento de personas, a punto tal que una cuarentena a donde no funcionen las aduanas, aeropuertos y con pasos fronterizos bloqueados, el consumo diario se ve afectado por la falta de productos, el cierre de locales comerciales y las prestaciones de todo tipo de servicios, sumado a la incertidumbre colectiva por la gravedad de la situación, no solo sanitaria sino también económica.
El mundo, sin negocios
Tanto Estados Unidos como China, son los mayores los compradores del mundo, un tweet del presidente Trump impacta en el comercio, la bolsas y por ende en las compra-ventas internacionales. La disputa comercial entre ambos, nos afecta a tal punto que exige la necesidad de ser competitivos en calidad y precio para no perder, o al menos, mantener los mercados o clientes, esto le repercute tanto al pequeño comerciante como a la empresa con el más alto grado de internacionalización.
China y Estados Unidos, junto con Alemania, integran el grupo de los grandes importadores y exportadores del mundo. Las tres potencias económicas, concentran el 50% del comercio mundial. Luego, de China, Italia, fue el primer afectado de Occidente. El país de nuestros ancestros, está ubicado en el ranking de los 10 países exportadores del mundo, por lo que su parálisis, genera un detenimiento de su comercio con el resto de la Unión Europea y por ende, con el resto de los bloques comerciales. Italia, al igual que la Argentina, funciona a fuerza de pyme familiar, un dato no menor a tener en cuenta.
Ante esta coyuntura internacional, el papel del Estado es clave a la hora de conceder ayudas con miras a la reactivación, como la inyección a la economía del gobierno chino, construyendo hospitales en tiempo record, la creación del Fondo Solidario a empresas por iniciativa de Macron en Francia y las medidas preventivas sanitarias y económicas de Alberto Fernández en Argentina. Si bien para los gobernantes es una oportunidad única para salir bien parados de esta crisis sanitaria, hay otros aspectos que van más allá de lo económico, y es como se configurara el nuevo mapa político del mundo con las elecciones en Estados Unidos, el reciente inicio del gobierno de Alberto Fernández, la continuidad de Bolsonaro en Brasil. Hechos como la reacción tardía de Trump y el descreimiento de Bolsonaro subestimando la pandemia, ponen en riesgo su imagen política. Es evidente que de la importancia que cada gobernante le asigne a esta crisis sanitaria-económica, dependerá su estabilidad política y como consecuencia, la conformación de un nuevo orden internacional.
Argentina, justo a tiempo
Mientras hay países que privilegian la economía por sobre la salud, el gobierno argentino tomo las riendas a tiempo y decidió darle prioridad a la salud por sobre la economía, sin dejar de tomar algunas medidas económicas que no perjudiquen tanto a las pymes y emprendedores. En Argentina, el 70% de los negocios es generado por familias de empresarios que necesitan del apoyo permanente del Estado para ser competitivas.
El mundo que se viene
Se avizora un nuevo paradigma mundial, a donde cambiará, sin dudas nuestra forma de hacer negocios, a donde el comercio electrónico ocupara un nuevo espacio, con el uso de las plataformas digitales para concretar reuniones, el movimiento de mercancías en pequeños volúmenes se incrementará, sobre todo por el alto costo de los fletes internacionales y los gastos operativos de importación/exportación.
Hay un cambio que ya está entre nosotros y del que no estamos todavía preparados y es nuestra forma de educarnos. Las plataformas educativas se están utilizando cada vez más, esto va a incidir indudablemente en nuestros hábitos como personas nos obliga a desarrollar mayor autonomía e iniciativa a la hora de aprender, trabajar y enseñar a distancia. Si bien hoy es crucial cortar la cadena de contagios, para evitar mayores daños a la población, las políticas públicas se deberían ir adaptando velozmente para que el aislamiento sanitario no signifique aislamiento comercial.