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¿Y si realineamos a la política por ideologías?

¿Y si realineamos a la política por ideologías?

Por Walter Giannoni.


Si alguien a comienzos de la década pasada hubiera anticipado lo que iba a ocurrir en la Argentina desde 2010 (pos crisis del campo) en adelante, con certeza habríamos dudado de su cordura.

Hacer el recuento es imposible para este espacio pero en un dato tal vez sintetice el resultado de todo ese recorrido: los actuales niveles de pobreza e indigencia vuelven a encaminarse a 2002 aunque hoy existen menos herramientas para afrontar el drama.

Con ese criterio, el de la “dinámica de lo impensado”, al decir de Dante Panzeri para el fútbol, si lo desea puede continuar con la lectura de esta columna. De lo contrario, nos vemos el próximo domingo.

Para las elecciones presidenciales de 2023 falta mucho, o demasiado poco. Nada va a tener la chance real de modificarse hasta esa fecha. Las parlamentarias pueden acentuar los problemas o disimularlos un poquito, pero nada más.

“Si hubiéramos sabido que esto iba a ser así, quizás la mejor opción en lugar de Alberto era Cristina presidenta. Por lo menos ella decía una cosa y salíamos todos para el otro lado”, ironizaba (¿ironizaba?) un empresario con mucho conocimiento de la política nacional y provincial.

Ubicadas las cosas en ese contexto binario, en particular bajo la interpretación de quienes tienen que realizar inversiones para generar empleo y reducir aquél drama de la pobreza sin cuya resolución el país es inviable, quizás la mejor opción pase porque la política profesional se realinee por opciones ideológicas y no partidarias.

¿De qué sirve tener aprisionados bajo los dogmas partidarios a dirigentes que no piensan para nada como el cristinismo? O también, ¿para qué se van a quedar encerrados en una alianza incómoda los radicales progresistas que ven a la centro derecha como el eje del mal?

Los políticos profesionales, ya lo hemos visto, van a “porotear” con las encuestas para ver quién mide más y apuntarle al armado de listas. Sería mejor (reitero aquello de lo nunca visto antes) acordar una amnistía previa que libere a los dirigentes de las ataduras y sanciones partidarias y que la batalla electoral ideológica pendiente en el país se produzca de una vez.

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