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¿Puede ser Chile un rostro anticipado de la Argentina?

¿Puede ser Chile un rostro anticipado de la Argentina?

Columna de Walter Giannoni.


Los resultados de las elecciones presidenciales en Chile pueden estar mostrando lo que no pocos politólogos del Mundo sostienen en el sentido de que estaríamos frente a un veloz y agitado cambio de época.

En parte también había pasado en Perú con la elección de un presidente de izquierda pero totalmente ajeno al status quo de la política. “Engayolado”, inclusive, en este caso, con consignas típicas de la derecha en el mundo.

La segunda vuelta en Chile borró de un cachetazo a la vieja y conocida alternancia entre la derecha y la socialdemocracia que prosiguió a la dictadura de Pinochet.

Nadie puede predecirlo con probanza empírica a dos años de las presidenciales argentinas, pero es posible que peronismo y oposición se estén “haciendo los rulos”, para usar un término de una protagonista de la política nacional, con algo que puede no llegar a suceder.

Cuando se miran bien los resultados de las recientes elecciones legislativas en la Argentina se ven claros indicios de que hay un debate abierto en la sociedad. Tampoco se sabe si ese debate continuará o se agota aquí pero vale la pena repasar datos que lo exponen.

Baja participación en los comicios (seis puntos menos que en un turno similar de 2017); 10 puntos del electorado en la provincia de Buenos Aires que es atraído por el plan “platita” (es decir, por una mejora económica “instantánea”, como las viejas raspaditas de la lotería); y dos extremos de la política que crecieron sustancialmente: la derecha y la izquierda. Una proponía cerrar el Banco Central; la otra nacionalizar la banca y el comercio exterior. ¿Se entiende de qué hablaban?

11% de los votos se fueron para estos dos costados y, con las reformas que debe encarar el país recién dando sus primeros pasos, no habría motivaciones a la vista para que ese caudal se debilite en el futuro. Más bien lo contrario.

Y mientras esto pasa, las dos fuerzas mayoritarias, ambos frentes, alianzas o “amontonamientos”, como se los quiera llamar, ahondaron replanteos internos para definir los liderazgos. Albertistas y cristinistas; Halcones y palomas. Hay que ver cómo terminan pero no hay duda que el país está otra vez metido en una ‘campaña electoral’ hacia 2023.

Es una verdadera locura frente al tamaño de los problemas que el país debe resolver. No habría que extrañarse más adelante si lo de Chile se convierte en un rostro anticipado de la Argentina.

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