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Respuestas adolescentes para un precioso tiempo perdido

Respuestas adolescentes para un precioso tiempo perdido

Columna de Walter Giannoni.


Argentina sigue dominada por la incertidumbre en lo que respecta a la negociación con el FMI por la refinanciación de su deuda. El comunicado del viernes de ese organismo y la respuesta que provino luego desde el escenario de Plaza de Mayo así lo marcan con nitidez.

Es lógico, como en cualquier negociación, que existe una disputa. Una imagen sirve para explicarlo: El Fondo mordió las piernas del Gobierno con su exigencia de un plan económico, menor déficit fiscal y generación de dólares. Luego fue el turno de la Casa Rosada que le replicó los mordiscos en parte con cierta adolescencia ideológica.

Para el peronismo en el poder es un drama tener que elaborar un plan económico que ponga cierto equilibrio en el gasto y encima exhibirlo, algo que es normal y habitual en cualquier nación del planeta donde los números se encuentran con un simple repaso de las páginas web.

Alberto y Cristina (por más que el Presidente tenga la lapicera, como dijo ella) entraron ya en el segundo 50% de su mandato y perdieron un tiempo precioso para negociar una refinanciación porque está a la vista que fuertes desembolsos no habrá, a los dólares hay que generarlos, como puntualizó el FMI en su carta.

El país estaba mucho mejor preparado para un arreglo a mitad de 2019 que ahora. Es cierto que la pandemia complicó todo, pero la deuda con el Fondo fue en este tiempo el eje de su estrategia política de cara a la sociedad. Machacar sobre Macri era la mejor campaña dialéctica posible. Algo les salió mal porque perdieron las elecciones hace menos de un mes.

Ahora los tiempos se aceleran y, ya se sabe, en los apuros crecen las equivocaciones. En unos días comenzará 2022 y marzo pone una fecha límite. Enero y febrero prometen ser dos meses con fuertes novedades en materia de precios. Un kilo de buena carne vacuna cuesta lo que 9 litros de nafta súper. Alguna de las dos cosas no está bien. ¿Adivinen cuál?

La mayor parte de los economistas ya manejan números que marcan una inflación del 60% (o algo más) para el año próximo. Cavallo, inclusive, acuñó una frase inquietante: “Haciendo las cosas bien, será de ese nivel”, dijo palabras más, palabras menos.

Lo único que juega a favor es el rebote de la actividad económica por el ablandamiento de la pandemia. Habrá que ver como sigue con la cepa Omicron desembarcada por estos lares.

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