
Cuando el dólar estornuda, nos resfriamos todos
Por Lic. Nancy Villarruel, Economista.
Los analistas externos lo saben, los diarios del mundo lo publican. Argentina se dirige hacia una nueva crisis. Nuestro presidente declara que es una “crisis de crecimiento”. El único crecimiento que vemos los argentinos es el de la brecha cambiaria y la cotización del dólar. Nuestros ingresos, nuestras empresas, nuestros productores sólo ven la crisis.
Fue otra semana frenética, en lo financiero. Sin valores de referencia, sin precios objetivos, sin medidas concretas, SIN PLAN. Los titulares de los diarios, las placas en la TV y hasta en redes sociales, el valor del dólar fue el trending topic. Como en otras épocas vimos escabullirse la cotización delante de nuestros ojos. Sin embargo, debemos recordar que el dólar no es la crisis que tenemos. Es sólo el síntoma. La fiebre no es una enfermedad, pero nos delata que hay alguna infección. En nuestro país, cuando en cuestión de horas el precio del dólar se escapa sin techo es un síntoma de algo muy grave, que además desata un sinnúmero de otras cuestiones. Lo mejor que podemos hacer es un buen diagnóstico.
La gestión actual ha llevado el gasto a niveles exorbitantes, sin financiamiento genuino, es decir, sin generar ingresos que lo respalden. Echó mano de la emisión sin control para paliar las consecuencias del parate de la pandemia, el “plan platita”, gasto social en épocas de elecciones legislativas, mantener tarifas congeladas, etc. El descuido de la cuestión fiscal derivó en inflación. La excesiva cantidad de pesos llevó a que los argentinos buscáramos refugio en el dólar. Ambas cuestiones nos trajeron hasta acá. No olvidemos sumar que tenemos financiamiento externo cortado, que el FMI sólo nos rolleó hasta el próximo año electoral y que el atraso cambiario impulsó las importaciones. Ya tenemos el diagnóstico: déficit fiscal, comercial, atraso cambiario e inflación.
Las medidas del gobierno han ido siempre en la misma dirección: ajustar por cantidad y no por precio: tengo pocos dólares, doy poco acceso, pero jamás ajustar por precio. Así se originaron operatorias que dieron lugar a los distintos valores de dólares alternativos que esta semana crisparon nuestros nervios al subir sin control. El empecinamiento en sostener el agujero fiscal, hizo que registráramos una brecha cambiaria de niveles históricos y profundizó la incertidumbre en el mercado. En este contexto nadie vende y todos esperan. Mientras tanto, seguimos sin precios de referencia. Agentes financieros, familias, empresas, los argentinos en general, seguimos esperando un plan económico. Y aún faltan 15 meses (¿?).