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Milei juega en la Ciudad como si se jugara el país

Milei juega en la Ciudad como si se jugara el país

Walter Giannoni
Periodista | leer más notas

Javier Milei se metió con todo en la campaña porteña. No es una elección más: es una encuesta anticipada con impacto nacional. El presidente salió a bancar a su vocero, Manuel Adorni, en la pulseada para ver quién aparece primero en los gráficos de la televisión en la noche del domingo 18 de mayo . Y con eso marcó la cancha frente a dos adversarios: el kirchnerismo encubierto de Leandro Santoro y el macrismo que todavía se autoconsidera dueño de la Capital.

La jugada no es improvisada. Es una réplica de la estrategia que usó el PRO durante años: inflar al kirchnerismo como el gran cuco y consolidar así su base en la Ciudad. Durán Barba lo explicaba sin vueltas: “Hacer a Cristina lo más grande posible para ganarle a lo que representa”. Hoy, Milei toma esa lógica y la adapta al escenario libertario. Hace campaña presidencial en cada acto, inclusive en la interna de Boca Juniors. Sabe que lo que se define en la Capital no se queda en la Capital.

Lo hace en un contexto económico relativamente cómodo. Hoy (hoy, ahora, este mes) no hay crisis a la vista. El acuerdo con el FMI trajo algo de aire. Y los dólares del campo prometen darle oxígeno hasta bien entrado el segundo semestre. El Gobierno se prepara para cruzar el puente de octubre sin sobresaltos. Y diciembre, ese mes que siempre huele intenso y desafiante desde lo social, por ahora no asusta. Hay fondos, hay asistencia directa, hay colchón social aunque el sacrificio de la gente en el día a día sea enorme.

Pero después, claro, vuelve la cuenta de las reservas. En este momento el dólar oficial cotiza a 1.190 pesos. Y en otro capítulo de esta novela económica, el blue llegó a estar más barato que el oficial. Raro, porque se supone que las “cuevas” donde el dólar es una mercadería más, necesitan tener su margen. 

Mientras tanto, las jurisdicciones provinciales y municipales se ven en la necesidad de ajustar más su gasto. Córdoba se había anticipado. Martín Llaryora achicó, se ordenó ante lo que venía, pero igual recibe coletazos. La deuda en dólares se encareció con la devaluación del tipo de cambio oficial, que subió un 8,4%. 

Caputo y Milei saben que eso tiene efecto en la economía real por más que se molesten con quienes tocan los precios. Necesitan apurar las reformas para cuando pase octubre. Por esto y por cuestiones como el mercado laboral que no para de hundirse en la informalidad. Por más motosierra que haya, los costos no perdonan. A una industria y a una familia.

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