
Elecciones y economía: la única verdad es la realidad
No sé si ustedes lo notaron, pero los titulares ya no hablan del dólar, del cepo ni de las reservas. En todo caso, lo que domina ahora la conversación pública es la política: victorias sorpresivas del oficialismo en provincias que históricamente no lo votaban. ¿Es eso algo bueno? No me interesa bajar línea. Mi propuesta es, simplemente, invitar a pensar. Nadie tiene la verdad absoluta y, como decía Perón, la única verdad es la realidad. Y cada uno elige qué realidad mirar.
Desde lo político, el Gobierno capitalizó los resultados electorales del fin de semana pasado en algunas provincias. Pero todos sabemos cuáles son los territorios que verdaderamente definen una elección nacional. Podemos quedarnos con la lectura oficialista o esperar a ver qué ocurre, por ejemplo, en la Ciudad de Buenos Aires, que si bien no tiene el peso de la provincia de Buenos Aires, sigue siendo clave para el humor político y económico. No casualmente, el mercado esperó los resultados del domingo para definir operaciones el lunes a primera hora.
En lo económico, la semana vino con dos buenas noticias: inflación de abril por debajo de lo esperado y superávit primario y financiero. El Gobierno se colgó las cucardas, y con algo de razón.
La devaluación del tipo de cambio oficial tras la liberación casi total del cepo el 11 de abril no tuvo –al menos por ahora– un impacto fuerte en precios. El pass-through estaría contenido. Y el superávit fiscal llegó pese a la eliminación del impuesto PAIS, la baja transitoria de retenciones al agro y la quita de derechos a la exportación de insumos industriales.
Desde lo financiero, se entiende mejor lo que sorprendió a los operadores la semana pasada. Banco Galicia logró emitir Obligaciones Negociables por 128 millones de dólares con vencimiento a seis meses. Pero el BCRA habría frenado una operación similar del Banco Supervielle.
Este viernes se despejaron dudas: el BCRA exige que, desde el 16 de mayo, las ON que quieran acceder al mercado oficial de cambios para su repago tengan vencimientos de al menos 18 meses.
La única verdad es la realidad. Y esa realidad muestra que el Gobierno elige contener precios, incluso a costa de acumular menos reservas. Pero no puede dejarlas ir sin pelear. Aun si eso implica que un gobierno libertario se vea obligado a intervenir. Stay tuned!