
Argentina y China: el déficit comercial más alto en lo que va del año
Las exportaciones cayeron 15% interanual, mientras que las importaciones treparon 72,4%, generando un déficit de U$S 5.227 millones. El país asiático se mantiene como segundo socio de Argentina, detrás de Brasil.
El comercio bilateral entre Argentina y China atraviesa un primer semestre de 2025 marcado por la caída de exportaciones, el aumento de importaciones y un déficit récord para el país sudamericano. Los datos del Instituto Nacional de Estadística y Censos, procesados por la Cámara de Exportadores de la República Argentina (CERA), muestran que la relación comercial con el gigante asiático profundizó su saldo negativo en la primera mitad del año, acercándose ya al rojo registrado en todo 2024.
En junio de 2025, las exportaciones argentinas hacia China sumaron U$S 868 millones, lo que implicó una caída interanual del 17,8%. En el mismo mes, las importaciones desde el país asiático alcanzaron U$S 1.221 millones, con un alza del 92,2% interanual. El resultado fue un déficit de U$S 423 millones, el segundo mayor saldo negativo del mes con un socio comercial, solo detrás de Brasil.
El acumulado del primer semestre muestra con mayor claridad la tendencia: entre enero y junio de 2025, las ventas argentinas al mercado chino totalizaron U$S 3.070 millones, una baja del 15% respecto de igual período de 2024. Las compras, en cambio, treparon a U$S 8.297 millones, un salto interanual del 79,4%. El resultado fue un déficit comercial de U$S 5.227 millones, que ya se aproxima al rojo de todo el año pasado y representa el mayor saldo negativo de Argentina con un país en lo que va de 2025.
Socio clave pero con balance adverso.
China consolidó su papel como segundo socio comercial de Argentina, detrás de Brasil, tanto en junio como en el acumulado semestral. Sin embargo, su importancia se refleja más en el flujo de importaciones que en la capacidad de absorción de exportaciones argentinas.
En junio, el país asiático fue el segundo destino de las exportaciones, con una participación del 11,3%, y también el segundo origen de las importaciones, con el 20,3% del total. Si se observa el primer semestre completo, la caída de ese mercado se ahonda: China cayó al cuarto lugar como destino de exportaciones, con apenas 7,7% del total, pero mantuvo el segundo puesto en importaciones, con un 22,5% de participación.
Este desbalance refleja la estructura de la relación comercial: Argentina envía principalmente productos primarios –como porotos de soja, carne bovina y aceite de soja– mientras que importa bienes industriales y tecnológicos, que concentran un mayor valor agregado.
Rojo en crecimiento .
El comportamiento mensual del comercio bilateral confirma la aceleración del déficit. En enero, el rojo con China había sido de U$S 1.247 millones, un salto frente a los U$S 554 millones de igual mes de 2024. En febrero, el déficit llegó a U$S 1.113 millones, mientras que marzo y abril repitieron un patrón similar, con saldos negativos de U$S 1.043 millones y U$S 992 millones, respectivamente.
En perspectiva histórica, el comportamiento del primer semestre de 2025 anticipa que el déficit comercial con China podría superar ampliamente al de 2024, consolidando la tendencia de los últimos años, en los que el país asiático se transformó en un socio clave pero con una relación estructuralmente desequilibrada para Argentina.
Impacto en la región.
El patrón de intercambio con China se repite en buena parte de Latinoamérica, donde el gigante asiático se consolidó como principal comprador de materias primas y principal vendedor de productos industriales. En países como Brasil, Chile o Perú, el vínculo comercial muestra balances más favorables por la fuerte colocación de minerales, cobre y petróleo, mientras que Argentina depende en gran medida de la soja y sus derivados.
La alta concentración de las exportaciones argentinas hacia China en productos agroindustriales hace que cualquier cambio en la demanda, en los precios internacionales o en las restricciones sanitarias impacte de manera directa en la balanza comercial. Al mismo tiempo, la dependencia de insumos, maquinaria y bienes de consumo importados desde el país asiático acentúa el déficit estructural.
A futuro, la clave para reducir el rojo comercial con China pasa por diversificar la oferta exportable argentina, sumar bienes industriales con mayor valor agregado y fortalecer acuerdos bilaterales que permitan un flujo más equilibrado.
De lo contrario, la tendencia observada en el primer semestre de 2025 podría consolidarse como un rasgo permanente de la relación económica entre ambos países.
Mientras tanto, el desafío inmediato para la economía argentina es contener la presión sobre las reservas del Banco Central, ya que el déficit con China, sumado al rojo con Brasil, sigue siendo uno de los principales factores de demanda neta de divisas en un contexto de volatilidad cambiaria.