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La doble vida de los contenedores

La arquitectura moderna le ha encontrado múltiples usos a esos indispensables asistentes del comercio internacional. Veamos algunos casos

Los contenedores marítimos, como muchos han de saber, están construidos a base de acero corten revestido por pinturas marítimas antioxidantes. Esto les brinda la extraordinaria resistencia
requerida para soportar las condiciones del ambiente en cualquier medio de transporte. Una prueba de ello es la apertura térmica de -40°C a 70°C a la que pueden estar expuestos sin alterar su estructura.

El diseño que poseen los hace la mejor forma de transportar mercadería a lo largo del globo de manera rápida y fácil. Estas cualidades le otorgan a los grandes cubos de acero (con el mantenimiento
adecuado) la asombrosa durabilidad de 20 años.

No obstante de lo expuesto en el párrafo anterior, no hay rosas sin espinas. El gran problema con estos medios de carga aparece con su desechado (que se produce entre los 7 y 14 años de uso, un tiempo
menor a su vida útil). El acero sin ningún tratamiento especial comienza a oxidarse levemente transcurridos los 10 años. De hecho, y a modo comparativo, el tiempo estimado de degradación de una tapa de cerveza (que no es completamente de acero) se extiende a 30 años; cabiendo destacar, que el espesor de la misma es insignificante si se lo coteja con el de un contenedor.

Por esta razón muchas empresas y profesionales buscan y han logrado darle soluciones al destino de los containers con un doble objetivo; disminuir el impacto ambiental y satisfacer sus necesidades.

La empresa cafetalera Illycaffè ha creado la “Illy House” o casa Illy. Esta “casa” parece, al ojo del espectador, un contenedor estándar. Pero al apretar un botón, se abre dejando caer
sus paredes y transforma (en noventa segundos), a la gran estructura de acero en una pintoresca cafetería completamente amueblada y estilizada. Que además posee todo su interior construido
con materiales reciclados o reciclables. Esta opción convierte a cada container en un espacio para disfrutar de los mejores esperssos.

Es una opción ideal para convenciones o eventos, ya que solo se requiere descargar el contenedor en el lugar deseado. Esta casa de café fue realizada con la ayuda del arquitecto y artista Adam Kalkin
quien lleva años profundizando en este formato. Su idea llamada “Quick House” o Casa Rápida tiene por objetivo convertir en 90 segundos un contenedor marítimo en una vivienda. Él pretende que su invento además de los usos promocionales sea un refugio de emergencia en caso de desastres naturales para poder darle alojamiento temporal a damnificados.

Adam Kalkin no es el único. Él forma parte de una nueva generación de arquitectos que busca crear hogares sustentables a partir de materiales naturales o bien de la reutilización y reciclado de aquellos artificiales.

Este parece ser el “boom” de las tendencias arquitectónicas y se está considerando a futuro como la principal solución para personas necesitadas de refugio en caso de catástrofes.

¿Pero es realmente posible construir viviendas a partir de ellos? Según el sitio de internet archdaily.com (el sitio web de arquitectura más visitado) y el programa de televisión de la cadena
Discovery Channel “Renova tion Nation” afirman que no sólo es posible sino que es una realidad con muchas alternativas de diseño. Aseguran que el costo de construir con cargo containers es similar
al de construir una vivienda tradicional, pero se reduce el impacto ecológico.

El costo aproximado de cada contenedor usado es de $13.000 y se necesitan dos para construir un departamento. Sin embargo, si bien tienen la ventaja de ser muy resistentes, duraderos y tener un excelente aislamiento acústico; existen algunos contras. En la mayoría de los casos, las pinturas aptas para el transporte oceánico son tóxicas (algunas veces a base de plomo) y conjuntamente la
madera del suelo puede contener químicos nocivos para la salud debido al tratamiento contra pestes; esto llevará a que el piso deba ser cambiado completamente y la estructura entera tendrá que ser soplada con arena para eliminar toda la pintura. Es claro que esto supone un costo adicional al de la construcción misma.

Por esta razón, quienes ya han ejecutado estos proyecproyectos, aseveran que el presupuesto termina siendo similar al de las edificaciones tradicionales ya que los ahorros de materiales se terminan
compensando.

En el mundo de hoy, los pactos medioambientales son cada vez más difíciles, esto quedó plasmado en la conferencia de Durban sobre el cambio climático, que logró anunciar un pálido
segundo período de compromisos del Protocolo de Kioto. Por ello es necesario que tomemos conciencia sobre el impacto ecológico y busquemos promover iniciativas como las propuestas en este artículo.
En la actualidad existen cerca de 29 millones de contenedores en el mundo y todos ellos en algún momento caerán en desuso. El desafío es encontrarles un espacio, reduciendo el su potencial impacto ambiental

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