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Crece la demanda de máquinas en el agro: cuando las fábricas corren desde atrás

Crece la demanda de máquinas en el agro: cuando las fábricas corren desde atrás

Durante el primer trimestre, la producción de equipos aumentó casi 53% en relación con el primer trimestre de 2020, según el Monitor de la Actividad Productiva de Córdoba. Desafíos de la industria para posicionarse.


Por Carlos Petroli.


Con el desfile de máquinas y transportes para levantar las cosechas de soja y de maíz –las de mayor aporte de divisas para el país–, abril y mayo son dos meses de alta actividad en el campo. Y la industria de maquinaria agrícola y su cadena de proveedores está a full: la demanda de equipos en los últimos meses se activó a partir de la escalada de los precios de las commodities. Algo que no sólo ocurre en la Argentina; el fenómeno ya tiene alcance global.

El Monitor de la Actividad Productiva que elabora el Ministerio de Industria de Córdoba lo refleja en cifras: durante el primer trimestre, la fabricación de maquinaria agrícola aumentó 52,7% en unidades producidas en relación con el primer trimestre de 2020, y 60,8% respecto del primero de 2019.

“Para acompañar un aumento de entre 50 y 60% en pocos meses necesitamos al menos tres cosas: capacidad instalada, los insumos para alimentar esa capacidad  y mano de obra capacitada”, dice a CONTAINER Gustavo Piccioni, gerente comercial de una empresa especializada en sistemas hidráulicos y vicepresidente de AFAMAC, la Asociación de Fabricantes de Maquinaria Agrícola de Córdoba.


Gustavo Piccioni y Luis Grudine

Gustavo Piccioni y Luis Grudine


Entre mayo de 2020 y marzo de 2021, los niveles de empleo en la industria de la maquinaria agrícola crecieron 17,1%, según el MAP cordobés.

Piccioni reconoce que esta cadena de valor, entre proveedores y terminales, atraviesa un buen año de trabajo, pero recomienda prudencia en el análisis de las cifras: “Veníamos de años de desinversión en los distintos sectores. Si hay que elegir un escenario, siempre es mejor correr detrás de la demanda y no tener que salir a buscarla. Hoy el desafío claramente es mejorar los tiempos de entrega”, razona.

Ante la pregunta de cuáles son los requerimientos de las fábricas, Piccioni reconoce que en el actual contexto los distintos eslabones de la cadena se tensan por igual. Lead time, bajar los tiempos de entrega es el concepto que más resuena puertas adentro de las plantas. “Me están pidiendo dos cosas a la vez: aumentar la cantidad y bajar los tiempos de entrega. Para eso necesito que me entreguen más materia prima, aluminio, acero, y contar con más disponibilidad de operarios”, enumera.

Luis Grudine, un productor del norte cordobés, refiere en qué medida las nuevas relaciones de precios han cambiado el poder adquisitivo para renovar el parque de maquinarias: el año pasado, con una soja local a 220 dólares, se necesitaban 450 a 500 toneladas para adquirir un tractor valuado en 100.000 dólares. Hoy, con el grano que cotiza 100 dólares más en el frente interno, 300 toneladas alcanzarían para adquirir una maquinaria nueva.

El vicepresidente de CAFMA se refiere a los cuellos de botella de la industria, que ha debido responder a una fuerte expansión de la demanda en pocos meses, mientras cada proceso lleva sus tiempos, desde la provisión de la materia prima, pasando por diferentes componentes y la disponibilidad de mano de obra. “La industria en general tiene problemas de abastecimiento de acero, aluminio, de chapa y también la adquisición de mano de obra calificada. Llevamos muchos años de desinversión a nivel productivo y también de recursos humanos”, enfatiza Piccioni.

“Tenemos que dar impulso a un aumento del 50% en la producción en un marco de varias limitaciones de provisión de insumos, entorno Covid y disponibilidad de operarios calificados. El desafío para toda la cadena es muy grande, por lo menos en el corto plazo, para los próximos meses”, agrega.

Considera lógica entonces la línea de tiempos que hoy desvela a la actividad en su conjunto, con hasta seis meses desde el punto de inicio.  “Para responder a un incremento de la producción en esos niveles necesito como mínimo entre tres y cuatro meses. Compro el acero, el aluminio, tengo fecha de entrega aproximadamente 60 días. Después del recibo de la materia prima tengo un tiempo de producción, dependiendo de la línea, entre 30 y 60 días más, ahí ya se fueron 120 días. Al fabricante de la terminal el producto le llega al mes cinco, y este a su vez tiene que computar su propio tiempo productivo”, enumeró el vice de AFAMAC.

En caso de requerir insumos del exterior, la espera es mayor. En este encadenamiento, la industria debe contemplar que todo vaya bien. En un entorno Covid y economía inestable, no hay certezas.

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