
Días movidos que dejan una lección para el ministro y los bancos
A prueba y error. Así parecieran estar sacando medidas financieras en el directorio del BCRA. La autoridad monetaria se despojó de su rol de fijador de la tasa de referencia de la economía y le endilgó ese rol al mercado de capitales. Para ello, debió aniquilar las letras que daban liquidez a los bancos y permitir que la liquidez del sistema financiero se canalizara en el mercado de capitales a la tasa que surja entre quienes tienen excedentes y quienes los necesitan. Un esquema que funciona bien en los libros y “ceteris paribus” (todo lo demás igual) el contexto.
El problema es que argentina está atravesando procesos de reacomodamiento fiscal, monetario y cambiario que actualmente se caracteriza por: escasas reservas netas (de obligaciones corrientes), el mercado cambiario aún con algunos cepos vigentes, próximo proceso electoral de mediano término y un panorama político un tanto revuelto, por decirlo elegantemente.
El contexto no podía considerarse “ceteris paribus”. Como lo dicta la Ley de Murphy: todo lo que pudo salir mal, salió mal. El sistema financiero argentino no está preparado (o finge no estarlo) para lidiar con una tasa de interés fijada endógenamente (por el mismo sistema) y, en el fondo, aún confía más en la moneda extranjera que en la propia. El resultado fueron días de tasas volátiles que pasaron del 16% anual al 70% anual en una misma rueda. Y la cotización del dólar subiendo por aumento de demanda.
¿Entonces? La prueba dio error y debió enmendarse. El Tesoro salió, sorpresivamente, a licitar bonos y pagó un “premio” de tasa respecto a la de mercado. Los bancos se tiraron de palomita, inmovilizando efectivo en bonos y a los pocos días tuvieron que pagar tasas siderales para conseguir liquidez. Necesitaban cash y en la contabilidad había sólo bonos y letras. ¿La enmienda? A última hora del viernes el BCRA habilitó más ventanillas horarias para que los bancos vendan bonos al BCRA y los recompren luego en condiciones favorables.
La prueba fue liberar liquidez; el error fue hacerlo en un contexto político poco favorable. El resultado, tasas muy volátiles y baja del peso (o alza del dólar). La enmienda es el BCRA interviniendo en el mercado secundario de Letras del Tesoro y abriendo más ventanillas de liquidez para lograr que los bancos den por superado lo sucedido y se presenten ávidos en la licitación en la que el Tesoro debe rollear casi 12 billones de pesos.
¿Errores no forzados? ¿Mala praxis? Como sea, todos esperamos que se convierta en lección aprendida. Stay tuned!