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Dispares políticas frente al “cambio de época”

Argentina ha vuelto a aplicar un cierre a las importaciones similar al existente 40 años atrás. Brasil, en cambio, adoptó un paquete de resoluciones más vinculado con decisiones económicas.

Para un observador comprometido de la realidad, como se catalogaba así mismo el viejo filósofo y sociólogo Raymond Aron, la época actual no deja lugar para el aburrimiento; por el contrario las sociedades, las naciones están en pleno cambio probablemente como titulaba hace muy pocos días atrás la revista The Economist “En los albores de la tercera revolución industrial”.

Mientras la Argentina se cierra hasta hacer empalidecer los controles habidos allá por la década del ‘70 u ‘80 –faltarían agregar los depósitos previos a las importaciones, pero a su ausencia le adicionamos las importaciones compensadas con exportaciones 1 a1–; Chile anuncia, dentro de su reforma tributaria para hacer frente a las demandas estudiantiles, una suba del impuesto a las ganancias societarias del 18,5 % al 20 %, una rebaja de los tributos a las rentas personales y la eliminación en tres años de los derechos de importación que pasarán del 6 % actual, al 4 % el año venidero, al 2 % en 2014 y al 0 % en 2015.

El presidente Piñera señalaba al respecto que Chile se encamina de esta manera a ser el primer país en América en seguir los pasos de Hong Kong y Singapur eliminando toda barrera arancelaria al comercio exterior (1).

Mientras esto sucedía en Chile, cerquita nomás, en Brasil, la presidente Dilma sostenía frente a los legisladores de la amplia coalición gobernante que su país no lograría ser un país desarrollado mientras se siguieran pagando internamente los niveles de las tasas de interés activas, que si bien habían permitido fortalecer al sistema financiero en el pasado, ahora representaban una traba fundamental para la competitividad de la economía al elevar por encima de la mayoría de los países, los costos de la inversión privada y pública.

De hecho desde media-dos del año pasado a la fecha, la tasa de referencia de Brasil SELIC ha disminuido en cuatro oportunidades y se sitúa actualmente en el 9 %, pero en el último mes toda la banca oficial: BNDES, Banco do Brasil y La Caixa Federal han llevado las tasas de interés a la baja, obligando a su vez a la banca privada a disminuir sus cargos en las diversas líneas de préstamo.

Estas decisiones tienen que ver y mucho con la necesidad brasileña de mantener un nivel de actividad que desde el segundo semestre del año pasado viene en un progresivo descenso y que ha continuado con esa tendencia en el primer trimestre, que según las estimaciones más confiables indicarían un aumento del PBI del 0,6/0,8 % muy lejos de las proyecciones oficiales de 4,5 % para todo el año.

No es casualidad entonces que entre marzo y abril, dentro del denominado Plan Brasil Maior 2011-2014, se hayan tomado una serie de decisiones para disminuir las cargas sociales de las empresas – en las ventas al mercado interno y las exportaciones–; que se hayan reforzado las líneas disponibles del BNDES con fondos del Tesoro por otros 45 MM de reales; que se estén otorgando preferencias en las compras gubernamentales por hasta el 25 % del precio a proveedores nacionales; que se haya renegociado el acuerdo automotriz con México fijando cupos máximos de importación por tres años; que se establezcan reglas de contenido nacional/Mercosur del 65 % para la industria automotriz a fin de cortar el déficit en autopartes y se haya aumentado en 30 puntos porcentuales el IPI para vehículos importados de extrazona y se obligue a las firmas que desean instalarse a pagar ese importe como crédito presunto a ser cancelado a partir del momento que alcancen ese porcentaje de integración (2).

La reducción de las tasas de interés internas, la fijación de un impuesto IOF del 6 % para los ingresos de capital de hasta 5 años de plazo y la disminución y/o estancamiento de los precios de la mayoría de los commodities que forman la canasta exportadora de productos básicos brasileños tienden a disminuir el excedente de dólares que nutrió a la economía brasileña hasta el año pasado y esta conjunción de factores debería llevar a una lenta pero progresiva depreciación del real versus el dólar, elemento básico para elevar la competitividad, además del resto de las medidas enunciadas.

Estamos viendo al A, B y C cada uno enfrentando los desafíos de este cambio de época con respuestas diferentes, frente obviamente a realidades distintas; Chile apostando a la apertura total como país destino de plataformas exportadoras/importadoras; Brasil dispuesto a mantener las metas de inflación, pero bajo nuevos objetivos más desafiantes y la Argentina intentando defender las divisas ahora indispensables frente a un cuadro comercial y energético muy complejo, que llegó para quedarse por un tiempo prolongado.

Lo evidente es que el cambio de época ya se encuentra en la región y estas líneas sólo reflejan una parte de lo que está por venir.

 

(1).Cabe aclarar que Chile en la actualidad tiene un derecho de importación real del 1,5 % dada la cantidad de TLC firmados con el resto del mundo.

(2). Hay 5 firmas en proceso de inversión e instalación en el Brasil: Hyundai, JAC, BMW, Chery y Chrysler.

www.raulochoa.com.ar

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