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Dos lobos

Una antigua leyenda indígena nos relata la siguiente escena:

Un anciano cacique de una lejana tribu mantenía una conversación con los integrantes de su comunidad y les dijo:

–Una gran pelea esta ocurriendo dentro de mí, es entre dos lobos. Un lobo representa el miedo, el enojo, la arrogancia, la culpa, el resentimiento y las mentiras.

–El otro es la alegría, la esperanza, la serenidad, la generosidad, la empatía y la verdad.

La comunidad le preguntó al cacique:

– ¿Cuál de los dos lobos vencerá?

La respuesta fue:

– Aquel a quién alimentes.

Este cuento encierra en sus palabras una fuente profunda de sabiduría y me ha generado las siguientes preguntas:

¿En nuestro diario y cotidiano actuar en las empresas, que lobo alimentamos?

A continuación numerosas interrogaciones, cada respuesta individual puede ayudarnos a encontrar una clara respuesta a la pregunta anterior.

¿Cuál es la reacción ante un error en nuestra organización?

¿Existe un convencimiento generalizado que el esfuerzo es el camino al éxito y se recompensa?

¿Hay una tendencia hacia la búsqueda de soluciones o de culpables?

¿Se incentiva la creatividad?, ¿Cómo?

¿No tenemos tiempo o nos falta organizarnos?

¿No vale la pena esforzarse o el triunfo esta cerca?

¿Nuestras reacciones ante problemas son serenas y predecibles o con enojo y turbulencia?

¿Cuándo hacemos preguntas o pedimos opinión, escuchamos todas las respuestas por igual o damos preferencia a las que coinciden con nuestro modo de pensar?

¿El clima laboral es de quejas, reclamos e insatisfacción?

¿Los últimos serán los primeros o me preparo para ser el primero?

El lobo mejor alimentado dependerá de la actitud de las personas, desde el número uno de la organización y todos y cada uno de sus integrantes. Desde el inicio del día, con el saludo cordial predisponiendo la actividad en un clima de armonía, diciendo gracias cuando alguien nos ayuda y solicitando por favor cuando necesitamos soporte.

Si entendemos que la creatividad y la innovación son la clave, entonces administremos adecuadamente los errores evitando el sentimiento de culpa, que a su vez generará un efecto catarata de no lo vuelvo a intentar, tal vez no sirva para esto y como conclusión el proceso potencial de mejora queda trunco.

La comunicación es vital, y no me refiero a comunicados, gráficos y números, sino a conversar, encontrar verdaderos espacios para conocer, entender y motivar a las personas.

La decisión es nuestra, vale nuestro mejor esfuerzo.

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