
Economía: “La calma cuesta cara: tasas altas, actividad en riesgo”
“No tenemos urgencia de acumular reservas”. Una y otra vez se ha escuchado a técnicos y funcionarios del Gobierno repetir esta declaración. A tenor de lo que sucede en el mercado financiero hay que creerles. El mercado argentino presencia desde hace algunas semanas un contexto de tasas reales positivas. Y llamativamente altas. Para quienes no alcanzan a dimensionar o entender qué significa esto, aquí intentaré ensayar una breve explicación.
Hay coincidencia en que el foco del Gobierno es controlar y seguir bajando la inflación.
Al principio de esta gestión, la vía para conseguir ese objetivo fue el ancla cambiaria junto al ancla fiscal, que corrigieron en brevísimo tiempo una inflación que parecía desbocada y nos estaba llevando a épocas a las que no deseábamos volver. Apreciación del tipo de cambio y cero emisión para financiar déficits fueron la receta que rápidamente mostró resultados. Pero con el tiempo, la resistencia de la inflación a perforar el 2,2% mensual empujó a esta administración a ir por más. En la agenda estaba pendiente reforzar reservas y liberar el cepo, lo cual se anunció el 11 de abril y trajo algo de calma a los mercados, acreedores y a los argentinos en general.
No obstante, el Gobierno insiste con eliminar la inflación llevándola a cero. Así fue que encontró en el ancla salarial una forma efectiva de mantener a raya los precios. Así lo demuestran los “techos” a los acuerdos de varios sectores y los aumentos al sector público por debajo de la variación del IPC. Si logra mantener la calma social, habrá tenido éxito.
Hay un dato de esta semana que completa la estrategia actual: tasas altas. El Tesoro Nacional pagó tasas por encima de las que había en el mercado y que, en términos reales, son positivas. Esta es la nueva política monetaria: restringir liquidez. La acumulación de reservas pasa para después. Antes, el tipo de cambio se mantenía bajo con un crawling peg menor a la inflación. Hoy, que el tipo de cambio flota entre bandas que progresivamente irán ensanchándose, se lo mantiene bajo con tasas reales positivas. El resultado es que –tentados por tasas reales positivas y eliminado el déficit fiscal- los bancos dejaron de prestarle al Tesoro y direccionaron el crédito hacia el sector privado. La contracara es que las tasas altas por demasiado tiempo podrían hacer mella en el nivel de actividad. Otro ítem que el Gobierno debe atender y que no tardará en disparar el reclamo. Stay tuned!