
Economía: “La macro ordenada, el bolsillo pendiente”
Hemos visto en las últimas horas una entrevista al Presidente Milei donde detalla los logros de lo que él llama su “trabajo”. Aquí vamos a confirmar parte de lo que dijo y a correr un poco el velo de lo que no dijo. Hay logros indiscutidos en lo gestionado en estos dieciocho meses. A saber:
Inflación: Ni siquiera los acérrimos opositores podrían negar que lo prometido en campaña se ha cumplido en muy poco tiempo. Con sólo mirar un gráfico de los últimos 10 años la realidad se cuenta sola: se ven los saltos en la tasa de inflación en el 2014, luego de la devaluación del entonces Ministro de Economía y actual Gobernador de la provincia de Buenos Aires, el siguiente pico se dio cuando el Presidente Macri resolvió la salida del cepo y la inflación pasó del 25% al 50% y luego al 100% anualizado; el tercer pico se registró cuando la inflación se disparó al 200% entre las PASO del 2023 y diciembre del 2023. Y entonces sucedió lo que nadie creía: el desplome desde el 25% en diciembre de 2024 hasta el dato del 1,5% en mayo salvo el pequeño rebote del 3,7% en marzo de 2025. Indiscutible.
Superávit fiscal: se logró principalmente con ajuste fiscal, mayormente concentrado en 2024, y principalmente en partidas como Obra Pública, Transferencias a Provincias y Jubilaciones. En los primeros meses, la licuación hizo lo suyo: el gasto bajó 27% contra ingresos que caían 5%. Sin embargo, en los últimos meses el superávit se sostiene pero con un aumento del gasto por encima de la dinámica de los recursos. En este punto, debemos destacar que política fiscal no es expansiva pero tampoco es contractiva.
Desregulaciones: el Estado levantando el yugo sobre empresas y particulares. Desburocratizar es, básicamente, bajar costos en términos de dinero y de tiempo. Puede que el ciudadano de a pie aún no lo vea, pero quienes ahora pierden menos tiempo y recursos en trámites para registro, importaciones, exportaciones y permisos saben que ganan tiempo y rentabilidad.
Levantamiento del cepo: al principio se creía que no lo harían sin reservas, o antes de las elecciones por temor al famoso pass through. Pero desde el 11 de abril el mercado cambiario se ha ido desregulando y funciona de manera bastante aceitada permitiendo a las empresas preveer tiempos, plazos y recursos y proveyendo al ciudadano común de un marco de libertad para decidir en qué moneda ahorrar que ya se le había olvidado.
Saneamiento del BCRA: no fue tan difícil como se pensaba. En los últimos días se terminaron los famosos puts que tenían los bancos y antes ya se había saneado la hoja del balance de la autoridad monetaria. El logro principal vino como colofón del superávit fiscal: el financiamiento del déficit vía emisión monetaria ha sido cancelado.
Hasta aquí, a grandes rasgos, los logros macroeconómicos obtenidos durante la actual gestión. Pero hay pendientes que, como cada vez que hay una bajante del río, quedan visibles como sedimentos. Luego de lo urgente, hay que ocuparse de lo importante. Entre esos temas debemos destacar:
Nivel de actividad: Si uno mira la evolución del nivel de actividad en Argentina rápidamente visualiza que está estancada desde hace más de una década. Sin embargo, si comparamos la evolución del comercio, la industria, la construcción y el nivel general podemos diagnosticar que –a pesar del estancamiento crónico que sufrimos desde 2010- algunos sectores se han comportado por encima del nivel general (comercio y sector financiero) y otros siguen por debajo, como la industria y la construcción. Esta última gravemente afectada por el freno de la obra pública. El diagnóstico es claro: la recuperación vino de la mano del crédito: los bancos debieron dejar de financiar al tesoro y, tentados por tasas reales positivas, duplicaron los créditos si lo medimos en términos de puntos del PBI.
Ingresos: al principio del programa económico, los salarios privados subieron, pero luego se fueron achatando porque parte del objetivo de la política económica es usar las paritarias como ancla antiinflacionaria. Salarios públicos y jubilaciones siguen “pisados”.
Reservas: El acuerdo con el FMI es que los fondos no se usen para pagar deuda, por ello el Tesoro está emitiendo deuda en pesos contra dólares. El Tesoro podría adquirir reservas en el MULC pero hasta ahora sólo los privados los está absorbiendo.
Mientras tanto, el mercado valora la consolidación fiscal, la pulverización de la inflación pero pone el ojo en la acumulación de reservas para garantizar el repago de la deuda y las encuestas que, en definitiva, definen la capacidad política de sostener el ajuste fiscal. Stay tuned!