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El conflicto con la minera Vale amenaza con transformarse en un nuevo “caso Repsol” y en desatar una fuerte crisis con Brasil

Lo que fue anunciado como una mega inversión y miles de empleos para el país, derivó en una pelea que podría enfrentar a ambos gobiernos. Expertos alertan que Rousseff no dudará en frenar envíos argentinos y hasta hablan de un endurecimiento en la negociación por los 0 Km, vitales para el país.

La relación bilateral entre la Argentina y Brasil, ya de por sí desgastada, amenaza con entrar nuevamente en el ojo de un “huracán político” a medida que se profundiza la crisis entre la administración kirchnerista y la minera Vale, que decidió dar marcha atrás en su megaproyecto por el cual inicialmente se preveían desembolsos por unos u$s 6.000 millones.

El ministro de Planificación, Julio de Vido, trató de contener y limitar la “ola expansiva” de esta potencial pelea bilateral, asegurando que, si bien “Vale es una compañía insignia de los brasileños, funciona en la Argentina como una empresa con sede en los Países Bajos”.

Sin embargo, el consenso entre los analistas consultados es que este enfrentamiento no hace más que enrarecer la tensa relación entre el Gobierno K y la administración de Dilma Rousseff, al punto que alertan que, cualquier medida intempestiva tomada desde la Argentina, podría derivar en fuertes represalias por parte de Brasilia.

Por lo pronto, el conflicto -que se originó luego de que directivos de la minera aseguraran que el proyecto era inviable por las políticas económicas internas-, caló hondo en los medios de comunicación brasileños, dejando en claro que la crisis, lejos de ser un problema entre un gobierno y una empresa, está a un paso de ser una crisis diplomática entre dos países.

En este sentido, el influyente diario O Globo, en un duro editorial, no ahorró críticas en contra de la gestión de Cristina Kirchner. El matutino se refirió a la “cultura antinegocios de la Argentina”, a proyectos de ley de corte “chavista” que impactan en la seguridad jurídica y a las duras consecuencias que generará la eliminación de unos 6.000 puestos de trabajo “en un país en crisis”.

Sin embargo, el punto más álgido fue cuando desde este editorial se llamó a que Brasil demuestre “que sabe defender los intereses nacionales” frente a “socios bolivarianos y similares” que “hacen lo que quieren”.

Por su parte, Valor, diario de negocios también influyente del país vecino, alertó sin anestesia sobre los peligros concretos de que la Argentina “expropie los activos de Vale”.

Cabe recordar que la minera, luego de numerosas especulaciones, finalmente decidió paralizar el proyecto de Río Colorado, Mendoza, al tiempo que ya está avanzando en un plan para vender activos de modo de recuperar la inversión parcial de u$s 2.200 millones y protegerse ante una eventual expropiación.

Entre los argumentos que esgrimieron desde la compañía figuran el tipo de cambio desfavorable para desarrollar esta actividad en la Argentina, así como el fuerte aumento de costos por la inflación, que llevaron a que el monto de inversión necesario pasara de u$s 5.900 millones a u$s 10.900 millones.

La respuesta del Gobierno corrió de la mano de De Vido, quien luego de desacreditar una inflación en dólares de esa magnitud -“Ni nuestros más férreos detractores lo respaldan”, fueron sus palabras- aseguró que “hay un incumplimiento flagrante de la concesión” para luego agregar que “la seguridad jurídica en materia de inversiones es un camino de doble vía”, dejando en claro que se podrían tomar todo tipo de medidas tras la decisión de la minera.

Represalias, el efecto más temido
Con la amenaza de expropiación latente, ¿la crisis con Vale podría derivar en un nuevo “caso Repsol”, conflicto por el cual la Argentina terminó enfrentándose duramente con el gobierno español?
“Sin dudas”, disparó de manera contundente Gustavo Segré, CEO de la consultora Center Group.
“La Argentina tiene más que perder que Brasil. Y el caso de la minera puede ser un punto de inflexión en la relación entre ambos países y el Mercosur”, recalcó el experto.

“Por las declaraciones de De Vido, no sé si están considerando que al pelear con Vale también están peleando con el Estado brasileño. Por ahora la administración de Rousseff está dejando que la empresa se valga por sí sola, pero debemos recordar que quien elige al presidente de la firma es el propio gobierno de Brasil”, agregó Segré.

En tanto, el economista Tomás Bulat aseguró con preocupación que “si el Gobierno hace de este tema técnico un conflicto político, entonces Dilma se va ´a parar de manos´ y ahí sí que vamos a estar complicados, porque se va a venir una crisis bilateral”.

Para Mariano Lamothe, analista de Abeceb, “la relación con Brasil está cada vez más tensa y esta pelea con Vale no hace más que agregar otro capítulo. Y todo indica que la conflictividad bilateral va a ir en aumento en los próximos meses”.

En la misma línea, Gabriel Caamaño Gómez, economista del Estudio Ledesma, indicó que “las relaciones se van a ir enfriando cada vez más y se van a volver más complicadas”.
“Lo de Vale influye, pero también es clave entender que el Gobierno no está tomando medidas de fondo para solucionar los desequilibrios de la economía, como la inflación y el atraso cambiario. Entonces, va a estar obligado a seguir poniendo parches, como lo viene haciendo con las importaciones, que ya generaron roces con nuestro socio comercial”, acotó.

En tanto, Marcelo Elizondo, ex director de Fundación ExportAr y responsable de la consultora DNI, advirtió que “sin dudas el conflicto con Vale enfriará mucho el diálogo con Brasil”, país que, según el experto, “ya viene acumulando problemas con la Argentina, como aquellos derivados del proteccionismo, que están provocando un desplome de sus envíos a nuestro mercado”.

Sectores en la mira
Los expertos hacen hincapié en que, en los últimos tiempos, cada vez que hubo algún “cortocircuito” a nivel político, Brasil siempre tuvo el dedo apoyado en la “perilla” y listo para cerrar las fronteras. Y esta no sería la excepción.
Basta recordar que, cuando no hubo entendimiento en el manejo de las importaciones, la administración de Rousseff frenó en dos oportunidades el ingreso de vehículos argentinos, que derivaron en la cancelación de turnos y en la suspensión de empleados.

También hizo lo propio con el aceite de oliva, poniendo contra las cuerdas a una actividad clave para la economía de Cuyo. A esto se sumó el sucesivo cierre aduanero para los vinos nacionales, generando una crisis en el sector, dado que Brasil es el tercer mercado en importancia a nivel mundial para la industria vitivinícola argentina.

“Es perfectamente posible que si la Argentina toma represalias contra Vale, Brasil haga lo propio frenando productos locales. Allí se estaría dejando de lado la diplomacia y la administración de Rousseff tiene condiciones como para pegar más fuerte”, disparó Segré.

Paralelamente, los analistas señalan otro punto no menor: en breve, ambas administraciones se deberán sentar a negociar lo que será el futuro acuerdo automotriz, el cual en la actualidad es claramente beneficiario para la industria nacional, de la mano de la implementación de un comercio administrado que fija limitaciones a las exportaciones de vehículos brasileños y otorga ventajas a la Argentina, como una manera de compensar las diferencias de escala de ambas estructuras productivas.

Cristina Kirchner se juega una carta fundamental ya que definirá el futuro y la supervivencia de una rama de actividad que explica el 50% del crecimiento de la industria nacional.

Sucede que, en caso de no firmarse un nuevo acuerdo, en julio entraría en vigencia el libre comercio en el intercambio de 0 Km y autopartes, un escenario que, ante la creciente pérdida de competitividad de las terminales locales y con un Brasil que quintuplica las dimensiones de la industria nacional, implicaría la depredación de esta actividad.

La otra exigencia que pretendía llevar la Presidenta a la mesa de negociaciones está vinculada con que se reparta mejor la “torta” y que se introduzca una cláusula en el acuerdo bilateral para que una parte del proceso productivo obligatoriamente se tenga que realizar en la Argentina.

Esta exigencia no es más que una medida artificial para que el país pueda captar una porción de los desembolsos, considerando que los proyectos anunciados por las automotrices en Brasil ascienden a u$s 22.000 millones para los próximos cinco años, mientras que en la Argentina los grandes anuncios brillan por su ausencia.

Por eso es que, para los expertos, esta pelea con Vale llega en el peor momento posible, dado que parte del futuro de la industria automotriz albiceleste está en manos de las autoridades brasileñas.

“Las empresas vienen invirtiendo en Brasil para ser más productivas y estar preparadas para competir en un esquema de libertad de mercado. Pero ahora las autoridades argentinas quieren postergar nuevamente el fin del acuerdo. Por eso estimo que la presión que va a tener el Gobierno de Brasil por parte de terminales y autopartistas en contra del pedido de Cristina Kirchner va a ser impresionante”, alertó Segré.

Empresas brasileñas, ¿en retirada?
El conflicto por el cual el Gobierno está enfrentado con la minera se da en un escenario muy complejo para el conglomerado de empresas brasileñas que operan en la Argentina.

Vale es apenas la punta del iceberg de un conjunto de compañías verdeamarelas que, o están en plena retirada del mercado interno o bien deben enfrentar un panorama difícil por la caída de la actividad general y la mayor presión inflacionaria.

Entre los casos más relevantes que se pueden citar figuran:
• Petrobras: si bien Bulat destacó que la compañía está avanzando en un proceso de desinversión en otros países porque necesita hacerse de “cash”, los expertos ponen el foco en los problemas que debió enfrentar la petrolera en el mercado interno, principalmente de la mano de la política oficial, que sigue manteniendo retrasadas las tarifas.
Así las cosas, la petrolera ya se habría desprendido de un 51% del paquete accionario, que habría quedado en manos del Grupo Indalo, del empresario Cristóbal López, a lo que se suma la venta de su red de 330 estaciones de servicio.
• JBS: uno de los mayores frigoríficos del mundo, que maneja la marca Swift, avanza con su proceso de desinversión. Tras haber contado con seis plantas en el país, ahora tiene un solo establecimiento. Desde la Cámara de la Industria de la Carne aseguraron que esto está vinculado con la política oficial que busca desalentar las exportaciones de carne para garantizar precios internos bajos.
• América Latina Logística: la empresa tiene en venta todas sus operaciones. En 2012 firmó un preacuerdo con Techint para desprenderse de sus dos concesiones ferroviarias, vitales para el transporte de cargas entre Buenos Aires con la región de Cuyo y la Mesopotamia.

Cabe destacar que el principal dueño de ALL es el fondo de capitales brasileños GP Investimentos, que además es accionista del grupo cervecero Ambev, dueño a su vez de marcas como Quilmes y Brahama.
Según datos oficiales, en los últimos años, compañías del país vecino llevaban invertidos más de u$s 10.000 millones. Sin embargo, la decisión de Vale implica un durísimo golpe en este sentido.

Al respecto, Elizondo aseguró que “la salida de la minera es un hecho muy grave y demuestra lo difícil que se le está haciendo al país captar inversión extranjera directa”.

En este sentido, el senador de la UCR, Ernesto Sanz, aseguró que la medida “es un tsunami económico” para las provincias de Mendoza y Neuquén, dado que se trataba del “proyecto más importante de la Argentina y uno de los mas relevantes de América Latina”.

En tanto, Carlos Ferrer, presidente de la Cámara de Servicios Mineros de Mendoza, le agregó una cuota de dramatismo, al firmar que la partida de la compañía “va a generar una catástrofe”, dado que hubo cientos de empresas que compraron máquinas y asumieron grandes créditos. “Es un desastre”, resumió el dirigente empresario.

Frente a este complejo escenario, Segré aseguró que “los directivos de Vale, incluido el Estado brasileño, están esperando ver hasta dónde llega la avanzada argentina que, en lugar de buscar soluciones para cuidar la mayor inversión que estaba recibiendo en los últimos años, elige amenazar con expropiar”.

Fuente: iProfesional.com

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