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El déficit comercial con Brasil superó los U$S 1.000 millones

Para tener en cuenta. Las permanentes tensiones políticas en el intercambio tienen un peso relativo cuando se evalúa que Argentina continúa importando más de lo que le vende al gigante del Mercosur.

El saldo acumulado para los primeros seis meses del año 2010 arroja un déficit de U$S  1.093 millones debido a una mayor velocidad en el crecimiento de las importaciones que de las ventas a Brasil durante el período analizado por la consultora abeceb.com. Las ventas al vecino país han crecido en el primer semestre de 2010 un 34,6% mientras que las compras al Brasil lo han hecho en un 58%.

En junio del 2010 el comercio bilateral entre Argentina y Brasil sumó U$S 2.809 millones, lo que representa un crecimiento interanual del 34%. El saldo comercial fue negativo para la Argentina en US$ 167 millones, lo que indica una desaceleración del crecimiento del déficit en comparación con el saldo del mes anterior (U$S -339 M). No obstante el crecimiento interanual mensual de las importaciones por encima del de las exportaciones continúa siendo considerable.

Durante el mes de junio las exportaciones argentinas a Brasil llegaron a U$S 1.321 millones, un 25,2% superiores a las del mismo mes del 2009. Por sexto mes consecutivo en lo que va del año, la tasa de variación interanual vuelve a tener signo positivo aunque la misma muestra una desaceleración frente a la de febrero de este año cuando las ventas al país vecino crecieron un 50%.

En el sexto mes del 2010, los sectores que explican el crecimiento de las ventas fueron vehículos y autopartes al igual que en meses anteriores. El incremento también obedece a mayores envíos de trigo, plásticos y sus manufacturas y maquinaria y equipamientos.

En Junio, Argentina mantuvo el tercer lugar como proveedor de Brasil. Los principales proveedores fueron Estados Unidos (U$S 2,224 M), China (U$S 2,000 M) y Argentina (U$S 1,321 M).

Con respecto a las compras de bienes de origen brasileño, las mismas alcanzaron un total de U$S 1.488 millones, reflejando un incremento del 42,5% con relación a igual mes de 2009. Si bien esta es la menor variación interanual registrada en lo que va del año, las importaciones continúan creciendo fuerte. Impulsada por el aumento de la demanda interna, así como también por la base de comparación deprimida que representan las compras realizadas en 2009, la variable creció en promedio un 58,6% en el primer semestre de 2010.

Esta expansión en las compras al país vecino responde a la ampliación de las adquisiciones de vehículos y autopartes (explicado por la recuperación del sector automotriz local), máquinas y equipamiento, minerales de hierro, plásticos y productos siderúrgicos.

Como comprador de Brasil, Argentina se encuentra en el tercer lugar en junio. El orden de los principales compradores de productos brasileños es: 1º China (U$S 2.823 M); 2º Estados Unidos (U$S 1.700 M); y 3º Argentina (U$S 1,488 M).

Entran bienes de capital

Durante el primer trimestre del año las importaciones de bienes de capital se incrementaron un 33% con respecto al mismo período del año 2009. El 76% de dicha expansión fue explicada por compras de impacto intermedio y sólo el 14% por las de mayor peso. En el grupo de las intermedias, la mayoría de las compras (alrededor del 90%) se concentraron en aviones y helicópteros.

En el análisis desagregado para los primeros tres meses, las importaciones de bienes de alto impacto se incrementaron interanualmente un 40%, las compras de mediano impacto un 39% y las de menor relevancia un 21%. De esta manera los números de la inversión comienzan de a poco a recuperar los niveles del año 2008. De todos modos es importante tener en cuenta que parte de esta inversión que se observa en la actualidad se debe a la recomposición del capital amortizado.

También, hay que tener en cuenta que la Inversión Bruta Interna Fija (IBIF) se compone de la inversión que se hace en construcción y la que se hace en materiales y equipos. De lo que actualmente se invierte en construcción la mayor parte (más del 50%) va destinado a viviendas residenciales, lo que si bien representa un avance en la infraestructura social, no acompaña el necesario crecimiento de la infraestructura productiva.

En las industrias que producen bienes de consumo final, que son las que precisamente están trabajando casi al tope de su capacidad instalada, es donde se realiza la menor inversión productiva. En este sector los problemas por la llegada al tope del la producción podrían hacerse evidentes este mismo año.

El otro sector que genera temores, aunque más en el mediano plazo, es el de productos intermedios. Se trata de un sector fundamental en el proceso de crecimiento porque involucra, por ejemplo, a industrias como la petroquímica y la de refinación. En éste el uso de la capacidad instalada de estas empresas se muestra creciente, mientras que la tasa de inversión se ha vuelto prácticamente nula.

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