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El dólar, la ideología y el alma sensible de Kristalina Georgieva

El dólar, la ideología y el alma sensible de Kristalina Georgieva

Por Walter Giannoni


El dólar paralelo, que existe y está aquí aunque pretendan minimizar sus efectos, sube no sólo como reacción a las decisiones adoptadas en las últimas semanas por la autoridad monetaria sino también por, y fundamentalmente, la incertidumbre política que no cesa y que por el contrario crece.

Vayamos primero a un concepto general. Cuando un país atraviesa por una aguda falta de divisas que deriva en el mantenimiento de un tipo de cambio oficial y otros simultáneos, el manual del bombero indica, antes que nada detener la fuga del oficial, cerrar las canillas, evitar que lo poco que queda en la caja se evapore. El cepo, en estas contingencias, no es una recomendación heterodoxa, es bien ortodoxa.

El punto es que ocurrido esto hay que comenzar a trabajar sobre el resto de las medidas para evitar que los otros tipos de cambio se descalabren porque más temprano que tarde esa brecha termina en devaluación. Y es ahí donde no sólo esta la falla sino el problema -a mi humilde criterio, sin solución- que tiene esta administración.

Cualquier argentino algo informado sabe que este Gobierno tal como está estructurado no genera confianza en los agentes económicos y en la gente común (ver las últimas encuestas).

Cambiar eso implica un giro político de 180 grados por parte de AF, pero también cualquiera conoce que aparece un límite ideológico en la alianza de gobierno casi imposible de superar. Es intrínseca a su origen. El revuelo interno por el voto argentino en el caso Venezuela, por ejemplo, lo exhibe.

Fernández está tratando de evitar que los tiempos aceleren una devaluación. Por ello se abrazó a los exportadores agroindustriales que podrían arrimar un puñado de dólares hasta la próxima cosecha y así ganar meses en el objetivo de alcanzar las elecciones del año próximo donde todo lo que importa al oficialismo es imponerse cómodo en el conurbano. No hay otro plan.

Las cosas que se expresan en este derrotero carecen de sostenibilidad económica. Recuperar la economía sin limitar emisión y gasto en los lugares que corresponde y no en cualquier parte, encuentran como respuesta más huida del peso.

Y como si todo esto fuera poco, desde el FMI el “alma sensible” de Kristalina Georgieva baja el mensaje de una recuperación sin sacrificio. Quizás no sepa que los argentinos acumulamos ya demasiada experiencia en crisis y que somos expertos en leer entre líneas.


Esta nota fue publicada en la edición digital de la Revista Container del 11/10/2020.

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