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El gusto no es sólo nuestro

Argentina abrió un nuevo mercado: el dulce de leche. No es un producto fácil de imponer, ya que requiere acostumbrar el paladar del nuevo consumidor, pero los envíos se duplicaron entre 2004 y 2008.

Desde hace una década, Argentina viene desarrollando un nuevo mercado en el mundo con un producto que décadas atrás era solamente consumido por argentinos, uruguayos y algunos países latinoamericanos: el dulce de leche.

En los últimos años, unas pocas empresas cordobesas comenzaron a salir al exterior con este producto, entre ellas Manfrey, que se ha convertido en uno de los principales exportadores del país.

Por ahora, los envíos son reducidos, pero el crecimiento es sostenido.

Un reciente estudio de la Fundación ExportAr indica que entre 2004 y 2008 las exportaciones de dulce de leche crecieron de 4,4 a 10,3 millones de dólares, más del doble, mientras que en los primeros once meses de 2009 cayeron ocho por ciento en comparación con el mismo período del año anterior por la baja en la demanda internacional.

En este lapso, Chile se ha consolidado como el mercado más importante, ya que concentra 41 por ciento de los envíos al exterior, seguido por Canadá (9,7 por ciento) y Brasil (7,6 por ciento). Pero los destinos que más crecieron entre 2008 y 2009 fueron Siria (287 por ciento), Venezuela (57 por ciento) y Estados Unidos (15 por ciento).

En el mismo período, las exportaciones cordobesas crecieron aún más: de 220 mil dólares que llegaron a representar en 2004, avanzaron hasta 2,4 millones de dólares en 2009, según datos relevados por la agencia ProCórdoba.

No es fácil de imponer

Tradicionalmente, el dulce de leche es un producto que se consume en Argentina y Uruguay. Al igual que con el nacimiento del Carlos Gardel, argentinos y uruguayos nos disputamos el origen, sobre todo desde que nuestro país lo declaró recientemente “patrimonio cultural alimentario y gastronómico argentino”. Pero lo cierto es que su nacimiento se remonta a inicios del siglo XIX en zonas rioplatenses no determinadas con precisión.

Sin embargo, también es producido en otros países de la región, como en Chile donde se denomina “manjar” (ver aparte). Esto obliga a analizar bastante bien la exportación a países de la región, ya que muchos de ellos tienen producción propia.

Por esta razón, muchas empresas han decidido apostar a mercados más lejanos, donde el producto es nuevo y, aunque cuesta imponerlo, su consumo está creciendo.

“El dulce de leche es un producto extremadamente dulce para el paladar que no está acostumbrado. Cuesta imponerlo cuando el producto llega por primera vez, pero sucede que está creciendo sobre todo en el mercado de la repostería, donde ha reemplazado a alimentos que se utilizaban con el mismo fin, como el chocolate y el aceite de maní”, asegura Ércole Felippa, presidente de Manfrey.
La láctea cordobesa tiene 19 ciento de las exportaciones argentinas de dulce de leche. Envía su producción en envases de 250 gramos a un kilo a destinos como Bolivia, Chile, Paraguay, Estados Unidos e Israel.
Otra de las empresas cordobesas que apuesta al exterior es Dulcor, que envía seis contenedores al año a Israel de dulce de leche “kosher”, en envases de medio kilo con su propia marca; estos cumplen con las múltiples certificaciones que imponen la religión y las tradiciones judías, desde la extracción de la leche hasta la elaboración final. A esto, sumó el año pasado un nuevo proyecto de exportación a Bolivia, junto con la cooperativa Capyc, de Devoto, según explica Marcelo Guelfi, gerente de Comercio Exterior de Dulcor.

Comenzó con la nostalgia

La exportación “comenzó hace casi una década con el mercado de la nostalgia”, asegura Guelfi. Los primeros envíos estaban destinados al consumo de los argentinos que vivían en el exterior, sobre todo en la zonas habitadas por latinos en los Estados Unidos.

Sin embargo en los últimos años, el mercado gastronómico internacional lo ha sumado como un artículo más, sobre todo para el mercado gourmet.

“Para la industria repostera, se ha convertido en un producto muy aceptable; esto permitió un incremento importante en los volúmenes exportados”, explica Felippa.

Por estos días, el 52 por ciento de las exportaciones argentinas se realizan en envases mayores a cinco kilos, mientras que 45,7 por ciento está representado por los envases de hasta un kilo.

Sin embargo, como el resto del mercado alimenticio del mundo, sufre los problemas que tienen los lácteos y la carne. “Muchas veces, uno avanza en determinados mercados y aparece una barrera paraarancelaria o alguna traba para exportar que afecta los planes. De todas maneras, es un producto cuya demanda en el mundo va a ser cada vez más importante”, advierte el titular de Comercio Exterior de Dulcor.

Los nombres del dulce de leche

El dulce de leche es producido con ese nombre en Argentina y Uruguay, aunque también lo fabrican en otros países de la región, pero bajo otra denominación: en Chile se llama “manjar”, en Colombia y Venezuela se lo conoce como “arequipe” y en México se lo denomina “dulce de cajeta”.

LOS ENVASES

La exportación argentina según tipo de envasado.
Primeros 11 meses de 2009.

Envases de más de cinco kilos. 52,2 por ciento
Envases de hasta un kilo. 45,7 por ciento
Envases de uno hasta cinco kilos. 2,1 por ciento.

Fuente: Fundación ExportAr

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