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El limbo financiero y aquel rostro de Macri

El limbo financiero y aquel rostro de Macri

Columna de Walter Giannoni.


Mucha polémica ventiló aquel rostro adusto de Mauricio Macri cuando se produjo la aplastante diferencia de votos entre su candidatura y la de Alberto Fernández, en las Paso de 2019.

Esa imagen que combinaba la asimilación de la derrota por el descontento expresado a través de la voluntad popular quizás reapareció en estos días, cuando la Argentina tomó nota que perdió la categoría de mercado emergente.

Quedó el país compartiendo un “limbo” financiero con Jamaica, Trinidad & Tobago, Bosnia, Zimbabue, Líbano y Palestina.

Con premura el actual Gobierno acusó a Macri de ser el responsable de esa debacle por el acrecentamiento de las trabas impuestas al movimiento de capitales a partir de agosto. Lo cual es cierto. Faltó la otra mitad de la explicación.

El Gobierno de entonces adoptó esa medida para frenar una sangría mayor a la ya producida, a partir del discurso que enarbolaba entonces el actual presidente.

A los argentinos nos suenan como cantos de sirena y aplaudimos todo lo que aluda a hacerle un corte de manga a los acreedores  porque esa ilusión forma parte de la valija de herramientas de una frase única en el mundo y poco esclarecida en la academia: la justicia social.

Justicia social, en términos capitalistas, no es más que crecimiento económico genuino y distribución. El capitalismo es el mejor sistema que conoce hasta hoy la humanidad para crear riqueza pero es necesario empujarlo para que distribuya. Para eso funciona el Estado acá, en EE.UU. o en Inglaterra.

Sólo que aquí la mochila distribucioncita se ha convertido en una carga insoportable no solo para las empresas sino también para cualquier ciudadano que tenga un empleo y consuma algo.

Entre los fuegos de artificios del cristinismo puro, hay que reconocerle a Fernández que aún con demora (ya lleva más del 37% de su mandato) viene trabajando para alcanzar acuerdos con los acreedores.

Claro que no habrá más dólares frescos de ningún lado salvo los de las exportaciones, y el endeudamiento se ceñirá al signo pesos.

Argentina está ahora en “vivir con lo nuestro”, en el “limbo financiero”. Ambas cosas eran quizás parte de aquel rostro de Macri y de muchos otros argentinos que imaginaron lo que venía en la noche de las Paso.


Esta columna fue publicada en la edición digital de la Revista Container el 27/06/2021.

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