El vino: Una apuesta Estratégica
Argentina vivió otro gran año en materia de producción vitivinícola, aunque las exportaciones son todavía menos de un tercio de las chilenas.
Por Gustavo Fadda
2010 fue nuevamente el año de los vinos fraccionados en botella, con una gran curva ascendente, en contraposición con el bag in box y el tetra brick que comenzaron a detenerse en volumen y sufrieron una leve retracción, pero compensados con un aumento del precio promedio, arrojando en definitiva un saldo positivo en valor.
En Argentina el mercado de vinos produce 1500 millones de litros por año y emplea a más de 30.000 personas. En la actualidad existen alrededor de 1.200 bodegas que en su conjunto facturan unos $ 3.600 millones anuales aproximadamente.
La vitivinicultura Argentina vive uno de los momentos de mayor dinamismo de su historia.
La Argentina es el quinto productor mundial y noveno exportador de vinos a nivel mundial y prevé envíos por U$S 2.000 millones. El sector vitivinícola argentino proyecta exportaciones por dicho monto en un plazo de 10 años y así más que duplicar sus actuales exportaciones, ascendentes a U$S 800 millones
Pese al optimismo, el sector exportador argentino debe recorrer un largo camino para alcanzar a Chile como exportador. El sector chileno se ubica en el quinto puesto y tiene un 8% del mercado internacional.
Argentina exporta el 26% de su producción de vinos, arañando apenas un 3,3% del mercado mundial.
Las estadísticas de la OIV indican que el mayor productor del planeta es Italia, con el 17,7%. El podio se completa con Francia (17%) y España (13,1%).
Italia es, además, el mayor exportador de vino, ya que acapara una cuota de mercado del 21,5%, seguida de España (16,7%) y Francia (14,5%).
Las ventas argentinas crecen a tasas de dos dígitos en los principales mercados, especialmente en varios de los destinos que la industria definió como fundamentales: Estados Unidos, Reino Unido, Brasil, Canadá, Rusia y Escandinavia. En el caso de Brasil, nuestro país es el primer proveedor de vino embotellado, destronando a Chile.
Hace apenas 10 años, los envíos chilenos duplicaban a los argentinos, en un mercado donde el consumo es de apenas dos litros por año, pero las expectativas llevan la demanda a nueve litros para dentro de 15 años.
¿Seguimos Durmiendo?
En el ámbito internacional del vino, a la Argentina la llamaban “el gigante dormido” porque el país es el quinto productor mundial y no tenía una gran presencia exportadora. En Inglaterra, por ejemplo, se hablaba de nuestro país como sleeping beauty (bella durmiente). Ahora están diciendo que llegó el momento de despertarse. Las actuales cifras de crecimiento son sostenibles y responden a la capacidad instalada; otros países no pueden crecer a estos niveles. Ahora se viene toda una etapa de construcción de marca.
Mientras en el país el nivel de registración de marcas pareciera entrar en una meseta, en el exterior comienza a advertirse más actividad.
En algunos países, como los integrantes de la Unión Europea y los Estados Unidos, se anotan cada vez más pedidos de registros de marcas de bodegas argentinas.
Si bien los registros en el exterior son caros, hoy estarían más aceptados en el mercado. Los costos, con intermediación, pueden alcanzar los U$S 1.000 promedio.
¿Cuál es el futuro para los vinos Argentinos?
En un mercado internacional con un flujo de 100 mil millones de dólares, está claro que el negocio de las bodegas argentinas sigue fronteras afueras. Se espera que el consumo mundial de vinos continúa aumentando. En ese marco, la vitivinicultura nacional apuesta a un crecimiento permanente de las exportaciones para los próximos cinco años.
Las chances de crecimiento en las exportaciones de vino son muy concretas para la Argentina. Todo esto es avalado por los U$S 1500 millones de inversión en la última década, la competitividad del peso, la apreciación del tipo de cambio de Chile –el principal exportador de América del Sur– y la fuerte demanda externa, incluidas campañas de relaciones públicas y publicidad en medios especializados.
Por otro lado, Rusia aparece como un mercado grande, con amplio margen para crecer y poca competencia de otros vinos del nuevo Mundo y Canadá tiene la ventaja de su modelo de compras, basado en monopolios estaduales que concentran las decisiones.
También es sorprendente, el Interés que existe en el gigante y enigmático mercado asiático.
Las grandes marcas tienen que abrir mercados, ingresar con una fortaleza tal que amplíen la categoría de vinos argentinos; las pequeñas bodegas aportarán la diversidad.
Es necesario, que la industria vitivinícola Argentina actúe institucionalmente, con políticas comunes, sobre todo para la exportación.
Según Fernando Vidal Buzzi, periodista gastronómico y vinícola, “Conquistar mercados y crecer en un mundo demasiado lleno de vino no es fácil: la oferta es tan grande que asusta “
Debe haber un compromiso de la industria toda para impulsar la exportación y reconquistar el mercado interno, hoy superado en las ventas por las gaseosas y la cerveza, incluso a la hora de comer el tradicional asado.
Faltan criterios de marketing y publicitarios.
Actualmente, la Corporación Vitivinícola Argentina está elaborando un plan estratégico para generar exportaciones por U$S 2.000 millones en 2020 y que contempla un préstamo del BID por U$S 50 millones para nuevas mejoras. Los esfuerzos buscan aumentar la capacidad de envíos de vinos argentinos.
Perspectivas 2011.
El año fue excelente, con una aceleración en las Exportaciones y las expectativas para el próximo son altas, sin embargo será complicado para aquellos vinos que tienen valores por debajo de 20 dólares la caja, los cuales estarán comprometidos en cuanto a la rentabilidad, debiendo las bodegas ajustar sus costos, considerando que el mercado cambiario y los costos internos (inflación) dominan la escena.
Esto es importantísimo, ya que en el mundo hay excedente de vino y todos están esperando una oportunidad para entrar y desplazar a otro país.
Los principales países, EE.UU. y Canadá, seguirán siendo muy receptivos al Malbec y liderarán el crecimiento en cuanto al consumo y seguido por Brasil que año a año aumenta sus compras, pero existiendo a partir de este 2011, una fuerte competencia con el vino chileno que ingresará a arancel 0 igual que el vino argentino.
Asia, por otro lado, es la gran oportunidad para aumentar las tasas de crecimiento.