
Entre la tasa de interés y el sueño K del juicio político
La Tasa Mayorista de Argentina (TAMAR), referencia creada por el Banco Central a partir de los plazos fijos mayoristas en bancos privados, cerró el viernes pasado en un estridente 43,75%. Con ese nivel, Luis “Toto” Caputo, logró frenar la suba del dólar y llevar el oficial del Banco Nación a $1.335. El costo del artilugio es demasiado alto para cualquier economía que busque desarrollar alguna actividad productiva, e imposible de sostener para una empresa que necesite crédito para funcionar.
En paralelo, Javier Milei salió por Cadena Nacional para anunciar que resistirá cualquier intento de eliminar el superávit fiscal conseguido hasta ahora. Lo hizo desde lo que definió como una trinchera bajo fuego persistente en la Cámara de Diputados, donde la oposición alcanzó los dos tercios de los votos y estuvo a uno de la mayoría agravada. Ese resultado legislativo es tan inquietante como la propia TAMAR.
El kirchnerismo, según se planteó, ya no oculta su intención de poner fin al gobierno de Milei. Algunos referentes K lo dicen abiertamente y mencionan la posibilidad de un juicio político con salida anticipada, si tiran de la sábana en el escándalo $Libra. A esto se sumó un episodio de “fuego amigo”: la canciller Diana Mondino cuestionó al Presidente diciendo que “o es idiota o es corrupto”.
Los gobernadores del Grito Federal, que en los últimos días anunciaron una “avenida del medio” como espacio político, no deberian caer en ese juego. Es legítima su ambición de gobernar a partir de 2027, así como su reclamo de que la Nación cumpla con los compromisos fijados por las leyes y la Constitución.
El sistema aún debe clarificar competencias: la administración y obras de rutas deberían estar a cargo de las provincias, así como lo hacen con escuelas u hospitales, salvo urgencias que justifiquen un refuerzo federal. Pero hay cosas que no corresponden, Córdoba pone la plata para el fondo de incentivo docente o para que funcionen los autos de patrullaje de Gendarmería.
Así las cosas, hasta las elecciones legislativas del 26 de octubre, la economía real proseguirá virtualmente paralizada, movida por la inercia del primer semestre en algunos sectores puntuales. La UIA, con nuevo presidente bonaerense, expresó preocupación por un umbral de actividad considerado muy bajo. Ni la oposición que se ilusiona con la mayoría agravada, ni el Gobierno que no tiene disposición a hablar con nadie, contribuirán para que suceda otra cosa.