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FMI: Argumentos insólitos que terminan con deuda más cara

FMI: Argumentos insólitos que terminan con deuda más cara

Por Walter Giannoni.


El viernes pasado regresó a Washington DC la misión del FMI que permaneció 10 días en la Argentina recogiendo la información oficial y también la periférica para negociar con el Gobierno un nuevo acuerdo que reemplace al ejecutado en 2018 y por el cual el país recibió 44.000 millones de dólares.

La delegación se llevó la promesa oficial de procurar bajar más el déficit fiscal, de lo cual dio señales con el ajuste en el gasto social y las jubilaciones, y una carta de Cristina Fernández firmada en realidad por una suerte de “testaferros colectivos”: los senadores peronistas.

La misiva, traducida, expresa la insólita teoría, basada en parte en algunas expresiones del reciente titular del BID, el trumpista Mauricio Claver-Carone (cuyos días, según algunos analistas, podrían estar contados con el triunfo de Biden), de que aquél préstamo fue para garantizarle a Macri un triunfo en las elecciones que perdió. Rarísimo argumento.

Es posible imaginar que Trump, el FMI, el capitalismo financiero y la mar en coche podrían sentirse más cómodos con un gobierno de centro derecha como el de Macri –que en realidad, salvo al final, funcionó siempre con un abultado déficit– que con una mixtura de socialdemocracia populista como la que ganó.

Pero de ahí a que el Fondo financie una campaña con plata de su bolsillo existe una distancia atroz, inverosímil y sin antecedentes. No la puso en Venezuela, con Guaidó, donde EE.UU. tiene mucho más para jugar, menos habría de hacerlo en la recóndita Argentina donde los intereses norteamericanos que hay para cuidar son limitados.

Claro que con el diario del lunes, es decir, con todo lo que ocurrió luego de la recepción de aquel dinerillo, pueden elaborarse teorías por racimos, todas con escaso dato concreto en el medio.

Lo más insólito de “la carta” es, sin embargo, que el oficialismo se ata de pies y manos frente a una de las pocas puertas que existen para acceder a dólares a baja tasa. Es como si una Pyme  que está refinanciando su deuda bancaria lo mira adusto al oficial de cuentas y le dice: “¡Eso sí, a partir de ahora, yo te pido que no me prestes más un peso!”.

Pero, trascartón, va a la financiera de la vuelta de la esquina y saca un crédito al triple de la tasa que pagaba antes. Eso, aunque parezca increíble, está ocurriendo por estos días en Argentina para calmar al dólar blue con un gobierno que en tres semanas cumplirá un año de gestión.


Esta columna fue publicada en la edición digital de la Revista Container el 23/11/2020.

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