Hasta dónde puede arrastrarnos la crisis financiera de Europa
El principal inconveniente puede venir por el lado de la competencia que los productos europeos, en busca de nuevos clientes, le generen a la Argentina en terceros mercados.
En un bar se encuentran un español, un griego, un alemán y un argentino.
El español jura que no comerá nada porque no tiene forma de pagarlo, el griego que sabe de fiestas bacanales, también afirma que no comerá porque no tiene dinero para abonar la cuenta.
Llega el turno del alemán y dice que en solidaridad con sus amigos europeos, el tampoco comerá y obviamente no tendrá que pagar.
Por último el argentino le dice a los tres aunque en especial al alemán, “si pagas la cuenta pueden no pasar hambre ninguno de los tres”.
El Secretario de Tesoro de los EE.UU., Geithner, pidió al gobierno alemán que estimule la demanda para ayudar al crecimiento mundial. Como decirle a un alemán que gaste más de lo que tiene, y a un griego que gaste menos, de lo que desea gastar.
Alemania ha recortado fuertemente el gasto público. La gran locomotora de la Unión Europea, se ha sumado a las políticas ya establecidas por España, Grecia e Italia.
El recorte de Alemania llegaría a 15.000 empleados públicos, 11 mil millones de dólares en el 2011 y algo más de 85 mil hasta el 2014. Alemania no lo necesita, sino que quiere ser ejemplo, aumentando también los impuestos.
Europa sufrirá una de las crisis más fuertes de los últimos tiempos.
Si la máquina Alemania no funciona a la mayor velocidad que puede, el tren europeo no funcionará debidamente.
El bloque europeo tiene una limitación que es la imposibilidad de manejar su política monetaria, no puede devaluar. Algunos de los miembros de la eurozona, están en serios problemas económicos, y necesitan además de ayuda financiera para asumir los pagos de sus deudas, de colaboración adicional para mejorar otros números como producción y bajar el desempleo.
EE.UU. o U.E.
La estrategia de integración de Estados Unidos y la Unión Europea son dos modelos bien diferenciados a seguir. Mientras Estados Unidos solamente busca unirse a través de zonas de libre comercio, y realizó acuerdos con sus vecinos y con varios países más, no acepta integrarse mediante los mecanismos de unión aduanera o mercado común, que significa al país firmante resignar en un caso la política comercial, y en otro la comercial, de inversiones, migratoria, etc. Estados Unidos no aceptaría un mercado común con México, que signifique libre movilidad de factores.
En cambio la Unión Europea, la estrategia es ser una unión económica, con moneda común, entidades supranacionales, y políticas comunes.
Sin embargo esta diferencia clara respecto a la integración económica, también se repite en el método de afrontar la crisis.
EE.UU. aumentó el gasto, buscó hacer crecer la demanda agregada para reactivar la economía. Aunque lentamente, los números le están dando la razón a Obama.
Mientras tanto, Europa decidió el camino contrario. No solo se ajustan los países en crisis y con grandes déficits como España y Grecia, sino que también Alemania se somete a un gran y fuerte ajuste, que es acompañado por Inglaterra e Italia.
Los socios más ricos bajan sus gastos, importaran menos, y entonces las exportaciones de todos los países de la UE pueden bajar o estancarse.
No hay mal que porque bien no venga
El Euro parece no tener piso en su caída en relación al dólar. Aunque algunos pensaban que no bajaría de 1.20, perforó ese piso y se puede presagiar que pude caer aún por debajo de 1.
Aunque esto genera pesimismo y las bolsas europeas siguen con un comportamiento, ese debilitamiento significará una mejora de la competitividad europea e impulsar favorablemente a sus exportaciones.
Los países en crisis necesitan más ingresos, y si estos no vienen por mayores gastos, deberán venir por mayores exportaciones. Este euro débil puede ayudar a exportar más.
Todos pueden verse favorecido por esta situación y más el gran exportador que es Alemania.
También el abaratamiento de Europa y de sus costos, puede influir positivamente en la economía española y griega, tan dependiente del turismo, que sufrieron de menores recursos por esa vía, por el elevado costo para los viajeros.
¿Hasta donde puede arrastrarnos?
Los productos europeos con mejores precios, y menos compradores en Europa buscarán otros mercados. Esto puede ser negativo para las exportaciones argentinas.
Los europeos comprarán menos, y esto puede golpear nuestras exportaciones porque la Unión es un importante destino de nuestras ventas externas.
Algunos economistas pronostican un largo periodo –se animan hasta una década- de estancamiento de Europa. El camino elegido de menores gastos, puede significar una lenta salida de la crisis. La Unión Europea puede ser el Japón de esta década, con diez años de estancamiento.
Las locomotoras del mundo serán los BRIC y Estados Unidos, a donde todos apuntaran sus cañones para venderles sus mercancías.