fbpx

¿Hay algo más difícil que aprender?

Los cambios en las empresas suelen ser difíciles de asimilar, empezando por nosotros mismos.

No puedo usar estas nuevas herramientas, son muy difíciles. Este novedoso método puede ser muy brillante pero es muy complejo, a mí déjenme con mi forma de hacer las cosas, que de esa manera me siento seguro. ¿A que  “genio” se le ocurrió esta idea?

Probablemente ya hemos oído las frases anteriores(o al menos parecidas), y siempre enfocadas a que nuevas oportunidades, nuevas técnicas o nuevas tecnologías tiene el contrapeso de lo difícil, y en algunos casos hasta imposibilitan su aplicación mostrando un claro deseo de perpetuar en el tiempo las formas pasadas de pensar, decidir y actuar. Compartamos dos cuentos:

Cuento 1: El examen de admisión

Un alumno se presenta ante el maestro y le pregunta cómo puede acceder a su escuela, el maestro responde:

– Te hare un examen de 3 preguntas y si lo respondes correctamente te admitiré en 3 años.

– Adelante, dijo el discípulo

El maestro formuló las tres preguntas, el joven pensó profundamente y las respondió correctamente, entonces el maestro gratamente le informó que había sido admitido y podía volver en tres años.

El estudiante estaba feliz por su logro y antes de despedirse le expresa una última pregunta:

– Si hubiera respondido mal, si mi conocimiento hubiera sido muy bajo o nulo, ¿cuándo me hubiera admitido?

– El sabio respondió: te hubiera admitido inmediatamente.

Cuento 2: La taza que rebalsa

Un alumno le pregunta al maestro cuánto más puede continuar aprendiendo, y el maestro lo invita a tomar el té, comienza el sabio a servir la infusión y continúa ininterrumpidamente aún cuando la taza se desborda y el líquido se derrama y corre por la mesa y la alfombra.

El principiante le dice al maestro lo que estaba ocurriendo, obteniendo por respuesta del diestro y hábil educador:

– Qué bueno que lo advertiste, en esta acción está la respuesta a tu pregunta, para continuar poniendo té en la misma taza primero tenemos que vaciarla.

Habiendo llegado a este punto quiero pronunciar la respuesta a la pregunta del título ¿Hay algo más difícil que aprender? Si, desaprender.

¿Nos empecinamos en mantener viejas ideas que alguna vez funcionaron?

Tom Peters en su libro “El círculo de la innovación” nos muestra dos ejemplos, uno de no saber reconocer la necesidad de desaprender y cambiar, y el otro totalmente opuesto.

En la segunda mitad del 1.800 la iluminación pública en Estados Unidos era a gas, en 1880 aparecen los primeros empresarios de la electricidad, eso provocó que los del gas se despertaran, pero en vez de entender el tema y cuál era el futuro se enfocaron en incrementar la eficiencia de su tecnología ya obsoleta.

Resultado: sobrevivieron algunos años más y luego lo inevitable fue inevitable, ¿alguien conoce hoy ejemplos de iluminación pública a gas?

Otro ejemplo, pero diametralmente opuesto: En 1995, Bill Gates se expresó públicamente en contra de Internet (¿Qué habrá visto en ese momento?), pero luego reconoce su error y sin ninguna vergüenza da una vuelta de página, reinventa Microsoft y se transforman en los líderes y campeones de Internet.

Olvidar y volver a empezar, en el momento oportuno puede ser la clave entre el lento ocaso o el rápido amanecer y sobre eso también dos reflexiones para quedarnos pensando:

1) “La mayor dificultad que tenemos en este mundo no es aceptar nuevas ideas, sino olvidar las viejas”. (John Keynes – economista)

2) “El problema nunca es cómo introducir pensamientos nuevos e innovadores en su mente, sino cómo sacarse de la cabeza viejas ideas (Dee Hock – creador de Visa).

¿Nuestra cabeza está muy llena?, ¿necesita espacio nuestro disco duro?, yo ya estoy con mi dedo en la tecla delete.

COMMENTS

Wordpress (0)
Disqus (0 )