Buscan que empresas y bancos vuelvan a financiar operaciones de importación
El volúmen operado con este fin cayó un 50% en las últimas semanas. La mayoría de las compras al exterior se cierran al contado y por anticipado.
El Gobierno logró en los últimas semanas recortar la demanda de dólares vinculada con el pago de importaciones. Pero ahora el objetivo es que además las empresas y bancos vuelvan a adoptar mecanismos de financiación para este tipo de operaciones.
Sucede que las compras al exterior, tras la imposición del cepo que instaló la administración del ex secretario de Comercio Interior Guillermo Moreno, se cierran mayoritariamente al contado e incluso se pagan por anticipado.
A esto se sumó que el acceso al mercado cambiario para los importadores se complicó por la repentina modificación del sistema de control de operaciones que oficializó la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) hace dos semanas, en aparente falta de coordinación con el Banco Central (BCRA). Esto hizo que el volumen operado con estos fines cayera 50% esa semana, indicó el diario La Nación.
Así, el Gobierno logró estabilizar las aguas en el mercado cambiario, ayudado por el feriado largo de Carnaval, aunque esta aparente paz se haya conseguido a costa de dejar en espera muchos pagos al exterior.
“Antes, la validación final de la operación se hacía con la presentación de la declaración jurada anticipada de importación (DJAI) y ahora pasaron a reclamar los permisos de embarque”, confiaron a La Nación desde distintos bancos.
“Los pagos por estos días no pueden superar los 300.000 dólares por operación y deben calzarse con ingresos que hagan exportadores a los efectos de que el mercado mayorista se equilibre y deje de presionar sobre las reservas”, explicó al matutino José Nogueira, de la corredora ABC.
De esta forma, el levantamiento parcial del cepo para compras de dólares para atesoramiento se financió con divisas negadas a los importadores. Pero este bloqueo agrega presión al ajuste en la actividad económica.
El BCRA, en tanto, se atrincheró para defender el actual nivel de reservas -tras perder u$s 15.540 millones en los últimos 13 meses- a sabiendas de que las erogaciones de divisas vinculadas con el déficit energético más los pagos ya pautados de la deuda le dejan escaso margen de maniobra. Según el presupuesto 2014 -que prevé un dólar promedio a $6,33-, se destinarán al denominado Fondo de Desendeudamiento u$s9855 millones, es decir, el 35% del stock actual de reservas.
La estrategia para oxigenar las reservas es atrapar cada dólar mientras se demoran algunos pagos. Pero las cuentas por saldar son muchas: en las últimas 48 horas, el BCRA pudo comprar u$s150 millones a exportadores, pero las reservas sólo acusaron una suba de u$s6 millones.
Por eso, la lupa oficial está puesta en combatir sobrefacturación de importaciones, “esto es, la adulteración de los precios de compra de productos importados con el propósito de hacerse de más dólares”, explicó el consultor Federico Muñoz. Este mecanismo fue advertido después de que en la última parte de 2013 “las importaciones reportadas por el BCRA fueron superiores en unos u$s2600 millones a las informadas por el INDEC, cuando históricamente era al revés”, advirtió en un informe relevado por La Nación.
La Secretaría de Comercio recientemente notificó a los importadores que observará que las compras al exterior de cada firma se encuentren dentro del rango en el cual trabajó los últimos cinco años, a menos que estén justificadas por inversiones posteriores o en curso. Si se muestran desfasadas y sin justificación, no se aprueban.
Desde el BCRA también comprobaron en los últimos meses que la tendencia a acelerar pagos al exterior se agudizó en ese lapso. El balance cambiario del último trimestre de 2013 reveló que un cuarto de las importaciones se pactaron con pagos anticipados o al contado, cuando esa proporción llegaba apenas a 6% en 2012. “Es demasiado. Por eso vamos a impulsar el uso de la carta de crédito para volver a hacerlos a plazo”, adelantaron al matutino.
Ese instrumento libra a los importadores del riesgo comercial de una importación, ya que el control del envío y de que su pago se haga de acuerdo con las condiciones pactadas lo asume un banco. Y permite pagos a plazo, lo que más les interesa a las autoridades puestas a administrar la escasez de divisas.
Sin embargo, en la Argentina la mayoría de los importadores rehúye de esta herramienta por incentivos de mercado. “Una transferencia para pagar una importación común de 50.000 a 200.000 dólares ronda hoy los 70 dólares. Si esa misma operación la quisieras hacer con una carta de crédito, ese costo te sube a entre 700 y 800 dólares”, explicaron en un banco líder en operaciones de comercio exterior a La Nación.
Además, no hay que perder de vista que el importador es uno de los pocos que acceden al dólar al tipo de cambio oficial, dado que quienes lo compran para atesoramiento pagan 20% más; los que lo usan para pagos en el exterior, 35% más, y la mayoría de los exportadores al precio pleno que reciben deben descontarle las retenciones.
“El importador que emite el pago hoy lo hace a un dólar de 7,83 pesos. Con una carta de crédito ganaría en seguridad comercial, pero debe asumir el riesgo de algún otro salto en el tipo de cambio, ya que compra hoy, pero paga a plazo. Y casi nadie quiere tomarlo, aunque hoy las cosas parezcan más calmas”, explicaron en una consultora ligada a esta actividad.
Fuente: iProfesional.com