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Impuesto a la renta inesperada, si copiamos copiemos todo

Impuesto a la renta inesperada, si copiamos copiemos todo

Por Nancy Villarruel, Economista.


Días atrás, el Gobierno Nacional anunció la entrega de bonos a trabajadores y jubilados en un intento por paliar los efectos de la creciente inflación que ya se le fue de las manos. Es sabido que fondos para solventar ese nuevo gasto no hay, así que ya está en marcha un impuesto a la “renta inesperada” empresarial por los efectos sobre precios de materias primas generados por los coletazos de la guerra entre Rusia y Ucrania, algo que el FMI había barajado como alternativa/sugerencia. Inmediatamente se escucharon voces a favor y en contra.

Siempre habrá argumentos para resistir un nuevo impuesto, pero lo interesante es conocer las razones para avalarlo. La razón más fuerte (y que suena menos resentida) es la de que “ya se aplica en los países del primer mundo”. Lo cual es mayormente cierto (no en todos los países). Si la intención es ir por esa vía, sintonicemos en otros temas con los países del primer mundo. A saber:

-Tasa de delincuencia: Según la World Population Review, Argentina –con 62.26 puntos– se ubica entre los 20 países con mayor tasa de delincuencia en el planeta. Venezuela lidera con 84,36 puntos. Suiza y Japón no llegan a 22 puntos.

-Facilidad para iniciar un negocio: según el reporte Doing Business 2020, elaborado por el Banco Mundial, la Argentina ocupa el puesto 141 sobre 190. Muy lejos de Nueva Zelanda, Canadá, Reino Unido o Suecia, por ejemplo.

-Carga fiscal: el mismo relevamiento del BM demuestra que las empresas argentinas pagan una tasa de impuestos totales del 106,3% sobre las utilidades comerciales. Es decir que, para que un comerciante gane $100, antes tuvo que pagarle $106,3 al Estado. Estamos segundos,  detrás de Comoras (219,6%), una nación africana.

-Inflación: Argentina figura entre los cinco países con mayor suba de precios esperada para 2022. Sólo superado por Venezuela, Sudán y Turquía, lejos de la proyección para EEUU (8%) y Europa (6%).

El lector entenderá que podríamos seguir enumerando rankings en los cuales nuestro país no se asemeja a países del primer mundo. Sólo se destacaron los que tienen que ver con negocios y empresas, pero bien podrían relevarse rankings de pobreza, crecimiento, desarrollo social, infraestructura o salud.

El caso es que Argentina puede hacer las cosas mal, o no destacar por su humildad ( “Cuando un argentino quiere suicidarse, se tira desde su ego”), pero hay algo que no se le puede negar: su capacidad para divagar. Stay tunned!

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