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La dificultosa agenda de Obama

El presidente norteamericano que tantas expectativas generó, hoy atraviesa por un liderazgo opacado, con iniciativas que han chocado de frente contra la dura realidad de los intereses económicos y sin posibilidades de “fijar agenda”.

Cuando Barack Obama asumió como presidente de los Estados Unidos, con una cómoda ventaja en ambas cámaras del Congreso y una serie de proyectos de ley que formaban parte de sus ejes de campaña, pocos eran los que pensaban que a poco de andar, iban a surgir tamaños obstáculos como para poner en peligro su programa, la elección de medio término de noviembre de este año e inclusive su posible reelección.

Si bien la “herencia de Bush” era compleja, habida cuenta de la situación militar en Afganistán e Irak y la cuestión palestina y sobretodo por las consecuencias de la crisis financiera, que la administración anterior no quiso o no pudo resolver por lo menos en sus aspectos más agudos, también era cierto que había un desgaste y desmoralización en las filas republicanas que de alguna manera debería haberle facilitado la tarea.

Sin embargo, a poco menos de cinco meses de las elecciones, la popularidad de Obama ha declinado con tanta velocidad que a la fecha la imagen negativa supera a la positiva, y la mayoría de los proyectos de ley enviados por el Ejecutivo encuentran serias dificultades a pesar de la mayoría demócrata.

¿Que es lo que está pasando para un vuelco tan dramático en menos de dos años?

¿Cómo se ha quedado Obama sin agenda externa económica y comercial ?

Obama había planteado como ejes de su campaña los siguientes proyectos:

– Reforma del sistema de salud para otorgar a todos los norteamericanos un seguro y terminar con la situación de total carencia en la que se encontraban más 40 millones de ciudadanos.

– Plan de energía y de cuidado del medio ambiente que proponía evitar la excesiva dependencia en el petróleo importado y el carbón, al mismo tiempo que gravaba a las industrias contaminantes y establecía un amplio programa de incentivos para las energías renovables y para la innovación y desarrollo de las industrias “verdes”.

– Reforma de la ley inmigratoria para facilitar la incorporación como legales de todos aquellos que se encontraban indocumentados y que sumaban no menos de 12 millones de habitantes.

– Nuevas regulaciones en el sistema financiero para poner límites a las operaciones por fuera del sistema bancario, establecer límites a las remuneraciones de los directores y gerentes y crear agencias de defensa del consumidor de productos financieros para evitar abusos y excesos en el otorgamiento de créditos. Estos lineamientos seguían el plan elaborado por Paul Volcker ex presidente del FED y principal asesor en esta materia.

El plan era ambicioso y contaba aparentemente como señalaba al principio con la pérdida de iniciativa republicana y una amplia mayoría. A pesar de esta presunta comodidad, la reforma del sistema de salud tropezó – igual como le había sucedido a Bill Clinton al principio de su mandato con el proyecto elaborado por su esposa Hillary – con el abierto rechazo republicano y de parte de un sector significativo de los demócratas, que consideraban muy costoso el esquema propuesto (sumado al hecho del poderoso lobby de las compañías de seguros y de la industria farmacéutica en su contra)

La ley fue finalmente aprobada por una escasa mayoría y consumió nada menos que un año y dos meses en su discusión.

Mientras tanto, su objetivo mas emblemático –de hecho el proyecto más ambicioso en materia económica y comercial– el proyecto para transformar a Estados Unidos en un líder mundial en industrias para el cuidado del medio ambiente y  la eficiencia energética, tropezaba con una coalición de intereses opuestos, que aduciendo la posibilidad de la pérdida de empleos y de graves perjuicios para los estados de la Unión productores de petróleo y el carbón, mas la presión empresaria de las cementeras, acerías, petroquímicas y aluminio –todas industrias energo intensivas–, lograron paralizar su discusión uniendo fuerzas legisladores de ambas bancadas.

Como si fuera poco, hace algo más de un mes la gobernadora del estado de Arizona lograba aprobar un proyecto que a contramano de la reforma de Obama permite a ciudadanos, denunciar a la policía a los inmigrantes indocumentados para su detención.

En el medio de estos debates, surgía la catástrofe ecológica del Golfo de Méjico por la explosión de un pozo petrolífero off shore de la firma BP que, a pesar de los denodados esfuerzos, sigue vertiendo decenas de miles de barriles diarios  al océano y cuyo drama final no está a la vista.

Si bien este desastre es achacable a las fallas de regulación y control de administraciones anteriores, los daños y consecuencias son para el gobierno en ejercicio, con lo cual si bien podría ser un aspecto a favor de los políticas que pretende implementar Obama en materia de los combustibles fósiles, lo que está en juego en realidad, es como se remedia lo afectado y la postura del Ejecutivo frente a los intereses en juego.

Como se podrá observar la Administración Obama está ausente en materia económica y comercial internacional, ya que si bien existe interés norteamericano en avanzar en la negociaciones de la Cuenca del Pacífico que abarca países latinoamericanos y asiáticos, a la fecha no ha solicitado la autorización al Congreso para participar de estas u otras negociaciones, incluida la aprobación de las ya finalizadas con Colombia y Panamá.

Resulta también llamativa, la escasa presión empresaria para encarar una agenda externa ofensiva y esto reflejaría la atención dedicada a frenar las iniciativas presidenciales y a la presión ejercida sobre el Congreso para la toma de medidas contra China por la supuesta manipulación del tipo de cambio; en otras palabras las iniciativas defensivas dominan la agenda del sector privado.

Centrado en los temas internos, con una oposición que sólo luce para negarle el respaldo y un bloque demócrata preocupado por las posibles pérdidas electorales, Obama se encuentra a la defensiva, con un liderazgo opacado en un mundo que todavía no ha salido de la crisis y requiere de su presencia, porque aún con todos sus problemas Estados Unidos sigue siendo el actor principal.

www.raulochoa.com.ar

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