
Lo que viene: vivir de “waiver” en “waiver”
Columna de Walter Giannoni.
Es difícil imaginar un escenario más adverso para el país que inspire algún tipo de reacción responsable de parte de la clase política para ponerse a la altura de las circunstancias, que el actual.
Un país fundido, empobrecido, en pandemia, comprometido financieramente con acreedores, sin dólares, con su sociedad desconcertada y en medio de un conflicto bélico que empieza a sacudir sectores sensibles de la economía mundial, como el caso de la energía.
Sin embargo ellos siguen en el “poroteo” clásico. Cuando digo “ellos” me refiero a quienes habitan por posesión o alquiler los alrededores de esas 15 cuadras que van desde la Casa Rosada hasta el Congreso de la Nación, donde se teje y desteje todo, a una velocidad que impresiona.
Esta semana, por ejemplo, en medio de este caos, Alberto Fernández aludió a la posibilidad de presentarse a una reelección. Hay que imaginar que lo hace con la intención de no perder poder frente a lo que le queda de mandato, razonarlo con alguna lógica daría para la desesperación. En la primera oposición ocurre algo similar con roces que apuntan también a 2023.
Mientras tanto, el acuerdo con el FMI que acaba de atravesar Diputados, aún con objetivos accesibles en materia de reducción del gasto, está condenado a vivir de “waiver” en “waiver”, lo cual le inyecta a la política argentina una importante novedad porque cada tres meses esa discusión será un hervidero.
En el mercado financiero ya hay quienes descuentan que la Argentina no podrá cumplir las 10 metas pactadas por la evidente falta de voluntad en aplicar reformas que achiquen el gasto. El economista Esteban Domecq explicó esa carencia de actitud que inclusive cala en la misma sociedad: Entre 2011 y 2021 se crearon “842.000 empleos públicos…”, dijo.
Hasta fin de año habrá dos o tres revisiones del FMI (según cuando comience a regir el acuerdo) y luego, en 2023, todo el país se colocará en “modo campaña”, con las Paso presidenciales en agosto.
¿Qué hace pensar que de la noche a la mañana nos convertiremos en aplicados alumnos dispuestos a cerrar las canillas que nos trajeron hasta aquí? A ello, hay que agregar la incidencia de la crisis internacional que promete desangrar la existencia de dólares hacia el invierno. Todo demasiado complejo como para saber cómo termina. Por el momento la consigna es patear para adelante y esperar a ver qué pasa.