Los planes de Echegaray tras dividir la Aduana en norte y sur
Además de ordenar a una de sus espadas más cercanas al frente de la Aduana (Guillermo Michel), Ricardo Echegaray modificó la estructura del organismo de control y recaudación del comercio exterior, dividiendo al país en sur y norte, donde habrá un subdirector general en cada área que reportará a Daniel Santanna y, desde allí, a Michel. Es decir, a Echegaray, directamente.
En el sector estiman que Echegaray da así cumplimiento a su objetivo de organizar el comercio exterior en función de nodos logísticos, tarea de hormiga que viene carburando desde sus tiempos como titular de Aduanas, para la que ahora contaría con todas las herramientas a disposición: tropa propia, poderío informático y poder político.
Es sabido que el hombre fuerte de la AFIP siempre delineó estrategias para sacarle los contenedores a las terminales, promoviendo en éstas sólo una acción de carga y descarga, mientras que el consolidado y desconsolidado deberían concentrarse fuera de la Ciudad de Buenos Aires.
Esta acción requeriría de una serie de condiciones: un mayor movimiento de camiones (desde el puerto hasta estos centros logísticos), lo que a simple vista le garantiza la anuencia de los choferes de camiones; la creación de corredores seguros, para no preocupar a los transportistas y poder trabajar de noche, de manera contracíclica, y asegurarles a los gremios portuarios que, de alguna manera, la carga y descarga en estos nodos se realizarán respetando los convenios colectivos de trabajo, entre otros puntos.
Claro, la carga será la que correrá con los costos de los traslados: los contenedores, indefectiblemente, seguirán llegando y partiendo de los puertos. Pero llevarán adosados un dispositivo electrónico de monitoreo y seguridad.
No trascendieron cuáles serían los centros geográficos donde la Aduana se hará fuerte. Pero se sabe que la aduana norte arranca desde Terminal 4, mientras que la sur lo hace a partir de Terminales Río de la Plata.
Por lo pronto, la Aduana mudará su área de Operaciones a un flamante edificio ubicado sobre Cecilia Grierson (la continuación de Córboda hacia el río) entre lo que era Ferrylíneas y el Yacht Club.
La queja de las cargas contra las terminales pudo haber despertado el brazo disciplinador del Fisco. El costo de su intervención recién asoma su rostro.
Fuente: La Nación