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Malas noticias para quienes esperaban una caída del plan

Malas noticias para quienes esperaban una caída del plan

Nancy Villarruel
Economista | leer más notas

Quienes esperaban que con la liberación casi total del cepo y la flotación acotada del dólar la inflación se disparara ahora arruinando lo conseguido por esta gestión quedaron “recalculando”. No será así. Principalmente por dos razones: el precio del dólar y las expectativas de inflación que tiene el mercado.

Respecto a lo primero, tanto los dólares financieros, el oficial y los futuros se movieron a la baja. Algunos por razones de oferta y demanda, otros por expectativas y alguno más por intervención. Sí, ya no es un secreto, este gobierno de ideas libertarias echa mano de maniobras intervencionistas en ciertas ocasiones buscando anclar expectativas devaluatorias. 

El valor del dólar oficial en nuestro país es “acotadamente libre”, su oferta y demanda se mueven sin tantear los límites de la banda pero a sabiendas de que allí hay una mano dispuesta a actuar y  –ahora– con poder de fuego para hacerlo. Eso limita en cierta forma los movimientos especulativos. Lo mismo logran hacer la cantidad y precio de los contratos de dólar futuro que, llamativamente, tuvieron volúmenes extraordinarios en un par de ruedas esta semana. Con todo esto, las expectativas respecto al precio de la divisa en el futuro no tan lejano están bastante orquestadas.

Respecto a la evolución futura de los precios minoristas, el temido pass through parece no estar dándose en la medida en la que se esperaba y esto ocurre porque: 

1) el dólar no se disparó al límite superior de la banda.

2) el bajo nivel de actividad hace que sea muy peligroso ahuyentar con subas de precios una demanda ya de por sí deprimida. 

No obstante, la publicación del Relevamiento de Expectativas del Mercado (REM) estuvo más cerca de descontar el efecto arrastre del dato de marzo (3,7%) que del análisis que hace el mercado y que lo muestra, en precios, que reflejan una inflación en abril por debajo del número del REM y mucho más abajo en los meses subsiguientes. 

Cuando los datos son tan dispersos es porque nada está tan claro. El REM reveló una expectativa de inflación para abril en torno al 3,2%, por debajo de marzo; y sólo espera un dato menor al 2% para agosto. Los precios del mercado revelan una inflación esperada más baja todavía y una inflación que en mayo ya podría mostrar un dato que rondaría el 2%, por lo que –tanto para el REM como lo que revela el mercado– el escenario se avizora más favorable  del que se preveía luego de los anuncios cambiarios. Stay tuned!

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