Marcelo Elizondo: “Hoy hay que hablar de negocios internacionales”
El director de la Consultora DNI habla sobre la necesaria actualización del comercio exterior y pronostica un Mercosur menos protectivo
No alcanza con ser abogado, profesor universitario, tener un máster en administración de empresas, dirigir una consultora y haber pasado por la función pública. Para surfear con éxito la realidad actual hay dos disciplinas que cotizan en alza: adivino y pssicólogo.?Aunque hace el comentario en tono de broma, Marcelo Elizondo cuenta que, cuando se encuentra con algún empresario, lo primero que le pregunta es “qué va a pasar”; después, casi de modo ineludible, viene la terapia/catarsis. Al repasar la formación del director de la Consultora DNI y ex director ejecutivo de la Fundación ExportAr se observa con claridad cómo la vida de quienes se desempeñan en el comercio internacional se ha vuelto naturalmente multidisciplinaria. Cuenta que estudió leyes, pero también economía; que es empresario, pero también académico; que fue funcionario público y luego consultor.
¿Se adaptaron a la nueva realidad los programas de estudio de las escuelas de comercio internacional?
-En parte sí. No hace tanto tiempo la formación en comercio internacional era muy procesal, algún código aduanero, formularios para ver cómo hacer un despacho y todos los procesos administrativos. Hoy la formación es un poco más integral. De todas maneras creo que todavía estamos a mitad de camino. Hay que incorporar más la capacidad de desarrollar visión estratégica, definir nuevas líneas de negocios, de operar con distintos actores.
El comercio internacional es una actividad que necesita de socios, de saber negociar, lidiar con cambios y con inconvenientes. Creo que aún falta reforzar una formación más integral porque de por sí se trabaja en más de un ámbito. Hay una frontera en el medio que te lleva a otro lugar en el que la elaboración es distinta, hay otras culturas, aparece la diferencia de la distancia, las limitaciones geográficas. Por eso digo que todavía estamos a mitad de camino en los cambios en materia de contenidos. Creo que hay que hablar menos de comercio exterior y más de negocios internacionales. Y eso ya te define para donde tiene que ir el cambio en los contenidos.
¿Por qué caen las exportaciones argentinas?
-Por muchas razones. Algunas, exógenas: caída de precios -el caso de las exportaciones de origen agropecuario y caída de demanda de Brasil-. Muchas, endógenas. Ahí encontrás pérdida de competitividad cambiaria. Hay muchas empresas que tienen dificultad para competir porque sus costos en términos reales se han ido para arriba, lo que lleva al segundo problema: la inflación. Ese es un tema muy serio porque no sólo te sube costos sino que te impide la previsibilidad, el cálculo económico. Si hay algo que requiere planificación son los negocios internacionales, y con inflación no podés saber cuáles serán tus costos reales en 6 meses.
Tercera cuestión: hay una altísima presión tributaria que afecta los márgenes de las empresas que compiten internacionalmente.
Cuarto problema: la dificultad de acceder a insumos, muchos de los cuales son importados. El 80% de lo que compra la Argentina son bienes que se utilizan para determinados procesos productivos en el interior, bienes de capital, piezas y partes, insumos de bienes intermedios, energía. Y eso está restringido. Además hay algunos otros problemas adicionales como la excesiva carga regulatoria que congestiona la actividad de las empresas. En el medio hay expectativas -componentes de tipo psicológico- que no son buenas. Todo el mundo está suponiendo que puede haber algún ajuste cambiario y en las políticas de administración de comercio, por lo que hay un paquete de razones que hace que, lamentablemente, las exportaciones estén cayendo 10 puntos en 2014. Es una caída muy grande, más allá de que en nuestro vecindario las exportaciones suben.
-Durante varios años las exportaciones argentinas crecieron. ¿Fue un aumento exclusivamente cuantitativo o hubo un salto cualitativo en lo que le vendemos al mundo? ¿Se aprovechó ese impulso para reposicionar al país en el mundo?
-La Argentina tuvo un gran cambio en su relacionamiento internacional. Desde la última década de los 90 -a partir de 1993- y hasta 2008 el país logró una reinserción con mayores volúmenes. En 1990 exportábamos menos de 10.000 millones de dólares y hoy, aún con malos resultados, exportaremos más de US$70.000 millones.
Primero hubo una gran revolución agrícola que permitió incrementar las exportaciones de origen agropecuario. El fenómeno de la soja empezó en los 90 e incluso llevó a la Argentina a ser un gran productor de aceite y harinas por lo cual también se agregó manufacturación. Y a partir de 2002, después de la salida de la convertibilidad, a eso se agrega una gran irrupción de productos más elaborados y de pymes en el comercio internacional. Ahí creció mucho la exportación de derivados de la fruta -como los jugos concentrados-, de algunos productos industriales, químicos, plásticos y el sector automotriz. Hubo una expansión en la inserción internacional muy grande. Creo que hubo un crecimiento cualitativo no sólo cuantitativo.
Tenemos una estructura del comercio internacional muy dependiente de unas pocas grandes empresas. En la Argentina hay entre 30 y 40 firmas que explican más de la mitad del total de las ventas al exterior. Por otro lado hay 5000 pymes que lograron un posicionamiento y de hecho hoy están manteniendo negocios con el mundo aun cuando se haya reducido la relevancia de esos negocios por los problemas que mencioné antes. Eso tiene que ver con una inserción permanente, que puede bancarse malas coyunturas como ahora pero ni bien cambie el viento volverá a generar buenos resultados.
-¿Qué balance quedará de 2014 y cuáles son las perspectivas para el comercio internacional argentino en 2015?
-Lamentablemente 2014 será recordado como un año malo. Terminaremos exportando alrededor de US$74.000 millones, US$10.000 millones menos de lo que vendimos en 2011; apenas US$4000 millones más de lo que exportamos en 2008. En 2015 no es esperable una mejora sustancial porque no se avizora que vayan a modificarse esas condiciones macro que afectan a los exportadores.
¿Y el Mercosur?
-Se está cuestionando la rigidez del Mercosur dentro del propio bloque. Creo que en los próximos 18 meses también ahí veremos por la conducta de nuestros socios alguna tendencia hacia la flexibilización y ahí es posible que nos encontremos con un Mercosur un poco más moderno, menos protectivo y que nos exigirá un salto de calidad.
VENEZUELA
“Hace poco fui convocado por la Universidad Sergio Arboleda a Bogotá a participar en un foro sobre el populismo en Latinoamérica. Hablé sobre lo que pasaba en la Argentina: crecimiento del gasto público a más del 40% del PBI; crecimiento del empleo público a punto tal que más del 20% de todos los empleados registrados en la Argentina son empleados públicos; aumento de la cantidad de personas que tienen algún cheque del Estado a fin de mes: 17 millones de argentinos cobran del Estado empleo, jubilación, pensión o algún plan social; crecimiento de la regulación de la economía en general y de la intervención del Estado en las empresas. Cuando terminé de hacer mi exposición habló un economista venezolano que se sorprendió por las similitudes. Hay coincidencia en el lineamiento, pero claramente hay una enorme diferencia en términos del grado y la intensidad. Argentina tiene una sociedad civil mucho más fuerte que impide abusos.”
Fuente: La Nación