Más tensiones con Brasil: Pimentel le reclamó a Cristina por las trabas al comercio
El encuentro de la mandataria y el ministro de Desarrollo brasileño se intentó mantener en secreto, demostrando el delicado escenario actual de la relación bilateral de los dos principales socios del Mercosur. El funcionario de Dilma Rousseff reclamó además por las restricciones cambiarias.
El lunes la presidenta Cristina Kirchner recibió en la residencia de Olivos al ministro de desarrollo de Brasil, Fernando Pimentel, en una reunión privada.
El funcionario brasileño, uno de los de mayor en el gobierno de de Dilma Rousseff, le habría reclamado a la mandataria argentina por las trabas impuestas al ingreso de productos desde el vecino país.
Según informó la agencia DyN, se intentó mantener en secreto este encuentro, ante la crisis del comercio que atraviesan los dos principales socios del Mercosur. Pero Pimentel arribó a Ezeiza por la tarde del lunes e inmediatamente se trasladó hasta la residencia de Olivos, donde la Presidenta desarrolló parte de su actividad oficial por la mañana.
Analista brasileños consultados por DyN advirtieron que el carácter reservado que tanto Argentina como Brasil trataron de darle al encuentro pone en evidencia el delicado escenario que afecta a los dos países.
Entre otros puntos, Pimentel tenía en agenda el tratamiento de la situación de las empresas de su país en la Argentina afectadas por las restricciones cambiarias que impone el secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno.
Por un lado, la filial de Petrobras en el país tiene decidido retirarse del mercado local, que se suma al abandono de inversiones en Río Colorado, Mendoza, de la minera Vale, según reportó DyN.
En medios empresarios no se descarta además que un par de empresas de importancia en el país piensen también en retirase de la Argentina, a la vista del retiro de las concesiones de los servicios de carga de los ramales Urquiza y San Martín a América Latina Logística (ALL).
Pero por otro lado, ambos países se encaminan a prorrogar por lo menos por 18 meses la Política Automotriz del Mercosur (PAM) que determina el comercio administrado de vehículos entre ambas naciones, y del mismo modo las decisiones de inversión de las casas matrices.
La PAM, que vence a fin de este mes, tendría que ser reemplazada por otra o prorrogada, ya que de lo contrario comenzaría a regir libre comercio de autos entre los dos países, una concesión que Buenos Aires no tiene previsto hacer.
Pero sobre todo, lo que va creciendo dentro de los empresarios de Brasil es el descontento con el propio Mercosur, al que ven como un bloque en el cual deben respetar reglas pero del que obtienen pocos beneficios.
Por caso, dirigentes de la Confederación Nacional de la Industria (CNI) de Brasil, dejaron trascender la semana pasada su idea de que el gobierno de Dilma Rousseff debería negociar un acuerdo de forma directa con los Estados Unidos.
A propósito, la CNI organizará para agosto próximo en Brasilia, lo que el secretario de la Unión Industrial Argentina (UIA), José Ignacio de Mendiguren, denomina el encuentro Cardales II, en alusión a la reunión de noviembre del año pasado en la localidad bonaerense.
La gravedad de la situación de Brasil respecto del comercio también es marcada, ya que si bien tiene saldo comercial favorable con la Argentina, con el resto del mundo tiene un fuerte rojo comercial.
Fuente: iProfesional.com