
Nunca digas nunca
Columna por Lic. Nancy Villarruel, Economista.
Justo cuando tenía una cucarda del FMI para mostrar, el Ministro Guzmán debió destinar una entrevista televisiva para aplacar los ánimos respecto a lo sucedido en el mercado con los bonos ajustables por CER. El destino le es esquivo al joven técnico que camina –tambaleándose- en la delgadísima línea entre el Presidente y su vice. Vamos a los hechos.
Nuestro país pasó la revisión del Fondo Monetario Internacional respecto a las metas del primer trimestre. El organismo aprobó las cuentas y se dispone a desembolsar cerca de u$s 4000 millones antes de fin de mes. Hasta acá llegan las buenas noticias. La administración actual que, cuando lo necesita, muestra con orgullo el aval del Fondo, no pudo sacar rédito de la situación esta vez. Y aquí empiezan las malas noticias que el ministro debió salir a explicar.
Ya se viene hablando que las metas del segundo trimestre no se alcanzarán. El mercado sigue de cerca los números y bastó una leve señal negativa en el mercado de bonos en pesos para que el desmadre apareciera aplastando cotizaciones y ánimos. Muchas hipótesis y pocas confirmaciones. Lo cierto es que los bonos ajustables por CER tuvieron muchos vendedores y casi ningún comprador. Así fue como en una sola rueda hubo títulos que llegaron a bajar más del 12%. Porque quienes querían desprenderse de ellos a toda costa salieron a “reventarlos” y, ya se sabe, en un mercado como el nuestro y en un contexto de incertidumbre como el actual, basta una chispa.
El martes próximo el Tesoro ofrecerá bonos para tratar de conseguir financiamiento y estos movimientos le están indicando que puede que la oferta –aún siendo tentadora- no alcance para convencer al mercado. En un mismo día los inversores deberán ofrecerle fondos al Tesoro, 60 minutos antes de que se conozca la inflación de mayo. En un contexto donde circulan rumores de todo tipo, con los que nadie gana y todos perdemos.
Quien vende a precio de liquidación, quien tiene ahorros en bonos o en FCI de bonos, pequeños ahorristas y grandes inversores. Todos. Incluso el propio ministro que no pudo anunciar con estridencias la aprobación del FMI y, en cambio, debió declarar: “Nunca hay que dejar de pagar el crédito en la moneda propia como hizo el gobierno anterior”. Más allá de que el reperfilamiento de 2019 no defaulteó la deuda, Guzmán seguramente recordará que fue una medida extraordinaria, que se tomó cuando el Gobierno no consiguió refinanciar los vencimientos. Como el título de una de las sagas de James Bond: Nunca digas nunca jamás. Stay tunned!