fbpx

Objetivos contrapuestos en el comercio exterior argentino

Las razones del Gobierno para imponer fuertes limitaciones a la importación, tienen fuertes consecuencias en la competitividad interna y externa del país.

Desde el mes de noviembre pasado, cuando tras el anuncio por la Presidente de que comenzaba la etapa de la sintonía fina a la fecha, se han sucedido una serie de decisiones gubernamentales que han ido modificando las formas de operar en el comercio exterior, con repercusiones en el área de las inversiones, de las relaciones comerciales internacionales y de la integración de las cadenas de valor.

En el traspaso de funciones, atribuciones y responsabilidades del Ministerio de Industria – Secretaría de Industria y de la Cancillería –Secretaría de Relaciones Comerciales Internacionales– hacia el Ministerio de Economía –Secretarías de Comercio Interior y Exterior– quedaron en manos de estas últimas, todo lo atinente al control de las importaciones y exportaciones, en el primer caso no sólo lo relativo a las Licencias No Automáticas sino a partir del 1º de febrero también con las Declaraciones Juradas Anticipadas de Importación creadas por la AfIP, pero cuyo revisor es la SCI a cargo de Guillermo Moreno (1).

Tal como manifestara el Secretario en sus frecuentes reuniones con las empresas que mayor peso tienen en la introducción de productos provenientes del exterior, el objetivo de aprobar, observar o rechazar las DJAI deriva de la imperiosa necesidad de preservar un saldo comercial de por lo menos 11/12 mil millones de dólares –similar al del año 2011– para de esa forma, no tener dificultades en el pago de los intereses y amortizaciones que vencerán este año y que representan un monto cercano a los 7 mil millones de dólares.

Para lograr ese objetivo, frente a una situación internacional compleja con la UE en recesión, Estados Unidos algo mejor pero lejos de su potencial, China con anuncios de menor crecimiento y un Brasil que finalizó el año 2011 con 2,7 % de aumento del PBI y perspectivas de menores importaciones en los rubros de interés argentino, la SCI ha planteado a las firmas sustituir importaciones, lograr en diversos rubros que las empresas vayan balanceando progresivamente –en un programa de 12 meses– su comercio exterior y exigiendo en el caso de importadores de bienes de consumo final donde exista producción local que dejen directamente de traerlos, en ese caso señalando que no presenten DJAI porque directamente no les dará curso.

El otro compromiso que deben cumplir las empresas se refiere a la evolución de sus precios, que tanto en la comparación diciembre 2011/diciembre 2010 y como para la evolución prevista para este año, no deberán superar el 10/12% en promedio, en un mix de 40 % al 7/8 %, 50 % 11/12% y 10 % de productos Premium 15/20 %. Mientras tanto la SCE ha tomado su cargo la revisión de las LNA que tenía la Secretaría de Industria, proceso que aún no ha terminado.

La ciclópea tarea encarada por la SCI respecto a autorizar DJAI se puede visualizar teniendo en cuenta que según datos del INDEC para el comercio exterior del año 2010 se llevaron a cabo 598.781 operaciones de exportación y 832.580 de importaciones, lo que en este último caso implica cerca de 70.000 mensuales que cierra con las 3.000 a 4.000 DJAI diarias que se presentan (2).

Si estos le sumamos las LNA en revisión desde el mes de noviembre, no es de extrañar que ya se adviertan faltantes en producto medicinales, repuestos para automotores, partes de electrodomésticos y ausencia de marcas y productos en numerosos bienes de consumo durables y no durables.

De toda esta situación van surgiendo objetivos contrapuestos, la restricción en las importaciones eleva precios dada la ausencia de oferta suficiente, la compensación de importaciones con exportaciones que no sean commodities, mejora el cambio real para el productor que cede sus exportaciones para que el importador compense, pero este intentará luego aumentar el precio para compensar el mayor costo derivado de esa transacción.

Por otra parte, para muchos productores ya no hay posibilidades de operar “just in time”, se requiere tener stocks frente a intervenciones que pueden demorar y mucho la llegada de nuevos embarques. Dicho de otra manera, se pierde competitividad interna y externa, no sólo disminuirán las importaciones que es el objetivo buscado, sino que las exportaciones sobre todo de no commodities pueden disminuir, consecuencia de las restricciones señaladas.

El objetivo de sustituir importaciones requiere inversiones de empresas locales y trasnacionales, estas últimas que son el 72 % de las 500 más grandes del país, han visto cómo desde los últimos meses se han dificultado las transferencias de fondos al exterior de remesas de utilidades, regalías, asistencia técnica, inclusive con casos de empresas que han debido suscribir acuerdos de no transferir dividendos por los próximos tres años.

Es muy difícil atraer inversiones en estas condiciones y menos aún el desembarque de ET para operaciones “greenfield” o joint ventures con firmas nacionales que requieran ampliar sus actividades y/o capacidad productiva o comercial.

Por otra parte, debemos recordar que se requieren ingentes inversiones en el área de transporte y energía, incluyendo la exploración posible del shale gas o gas no convencional, pues las crecientes importaciones de gas, fuel oil y gas oil pueden transformarse en poco tiempo más, en un cuello de botella insuperable para la producción en la Argentina.

Queda por último el tema de los objetivos contrapuestos en materia de relaciones comerciales internacionales, tema de otro análisis.

www.raulochoa.com.ar

(1). Hay otros organismos intervinientes SENASA, INAL; ANMAT pero el que verifica todas las DJAI es la SCI.

(2). Ver Anuario INDEC, Comercio Exterior Argentino 2010. Descargar dewww.indec.gov.ar/sectorexterno/comercioexterior

COMMENTS

Wordpress (0)
Disqus (0 )