
“Primero está la inversión, después las exportaciones”
Jorge Castro definió cuáles son las prioridades en los acuerdos modernos de libre comercio. El caso de la inversión extranjera en China. El analista expuso en La Rioja durante el “Foro Regional Federalismo y Desarrollo”.
El analista internacional Jorge Castro participó en La Rioja del “Foro Regional Federalismo y Desarrollo: Relaciones Internacionales, Innovación y Competitividad”, organizado por el Ministerio de Planeamiento e Industria de la provincia norteña, en coordinación con el Consejo Federal de Inversiones.
Castro respondió sobre el papel de las inversiones en el marco del acuerdo UE-Mercosur, sobre la gran oportunidad que tiene la Argentina de incrementar las exportaciones a Asia (y en particular a China) y sobre la ubicación del corredor bioceánico para la salida por los puertos chilenos.
–¿Qué perspectiva tiene para la Argentina el desarrollo del corredor bioceánico?
–Todos los proyectos de desarrollo de infraestructura necesariamente deben basarse sobre la base de una estrategia de desarrollo productivo. Lo que está haciendo China, por ejemplo, en la “Ruta de la Seda” al integrar toda la masa euroasiática desde China a Europa occidental a través de la conectividad física y también virtual, vía internet; con esto está desplegando y creando nuevas oportunidades económicas. El gobierno chino tiene un superávit y disposición de capitales para invertir extraordinarios. La situación de la Argentina no es esa; primero tiene que desarrollarse productivamente y luego plantear el tema del desarrollo de infraestructura como instrumento de promoción y potenciación. El proceso de acumulación en China está vinculado fundamentalmente a la incorporación del capital extranjero; más de 60 por ciento de las exportaciones de la República Popular son obra del capital extranjero. Este porcentaje aumenta a medida que se eleva la escala de valor agregado y complejidad tecnológica, de modo que las exportaciones chinas de alta tecnología son obra de empresas extranjeras que producen en China y venden al mundo.
–¿Y siguiendo este análisis cómo ve el acuerdo Unión Europea Mercosur?
–Implica que los cuatro países de la región (Argentina, Brasil, Uruguay y Paraguay) se integran al capitalismo más avanzado de la época, el de la zona euro, en los próximos 15 años. En este lapso están obligados a asimilar las instituciones, las reglas de procedimiento, de productividad, de competitividad del capitalismo más avanzado, que es el de Alemania, una de las áreas donde se despliega la avanzada de la revolución tecnológica e industrial (las otras son Estados Unidos y China). Es el mayor cambio estructural de la historia para los países que integran el Mercosur.
–Usted menciona que la acumulación china es la que precedió a proyectos e inversiones como la Ruta de la Seda. ¿Podemos integrarnos con la UE cuando no tenemos la infraestructura productiva desarrollada?
–La respuesta es afirmativa, pero teniendo en cuenta dos circunstancias. La primera es que en el mundo de la globalización del siglo 21, lo más importante del comercio exterior y de los acuerdo de libre comercio no es el aumento de las exportaciones, sino la incorporación de inversiones de capital de las empresas transnacionales. Es más importante la inversión que el comercio en los acuerdos de libre comercio del siglo 21. Y el acuerdo Mercosur-UE otorga noción de largo plazo y certidumbre en las inversiones. Ahora, las inversiones en el mundo de hoy solo van a los sectores productivos capaces de ofrecer una tasa de retorno superior a la que ofrece los Estados Unidos, o por lo menos equivalente. En los últimos dos años, Estados Unidos atrajo del sistema mundial 11 billones de dólares de inversiones, la mitad proveniente de Europa y la otra mitad del mundo emergente. El país más afectado por esa atracción de inversiones es la Argentina.
–Usted dice la inversión por encima de las exportaciones. Pero van acompañadas…
–El problema es la prioridad, qué es lo primero. Porque las exportaciones aumentan porque la inversión extranjera directa de las empresas transnacionales aumentan la capacidad productiva del país en altos niveles de competitividad, productividad y de esa manera permiten competir en el exterior. No se compite porque se quiere, sino porque se tiene un producto, una producción capaz de competir internacionalmente. Entonces el ciclo es: primero vienen las inversiones, las inversiones producen en el país, lo que producen en el país es de alto nivel tecnológico o de competitividad; por eso se exportan. Aumentan las exportaciones porque primero vinieron las inversiones. Esto es la experiencia china.
–¿Pero el beneficio de esas exportaciones queda en cabeza de las empresas extranjeras que invirtieron? ¿Cuánto se derrama en el país?
–Pero las empresas extranjeras invierten acá; se asocian o compran empresas argentinas. Hay dos formas de inversión extranjera directa: una es la de nuevas inversiones en su totalidad, las denominadas inversiones greenfield, y las otras son las que compran empresas existentes o se asocian a esas empresas existentes. En este momento el proceso de compras y adquisiciones en el mundo está en nivel récord porque la inversión extranjera directa ha vuelto a crecer en forma extraordinaria.
–¿Cómo se deben articular políticas para que este corredor bioceánico pueda llegar a Asia?
–Primero habría que advertir que los nuevos mercados para la Argentina no están en Europa, están en Asia, que es el eje de la demanda mundial. Esto quiere decir que los puertos chilenos sobre el Pacífico responden a una necesidad vital para la Argentina. La otra posibilidad es que la producción del interior del país tenga que competir y perder con el transporte de carga desde las zonas de producción hasta el puerto de Rosario o de Buenos Aires. Del otro lado, están los puertos de aguas profundas de Chile sobre el Pacífico orientados hacia un solo lugar, los países del Asia, sobre todo China, que es el eje de la demanda mundial. La Argentina tiene una relación privilegiada con China y esto significa que es el momento de aprovechar esta oportunidad. Se ha abierto la totalidad del mercado de carnes, vacuna, de cerdo. ¿Cuál es el problema que tiene el comercio bilateral para la Argentina? Que la Argentina tiene poco que vender; la oferta exportadora es muy débil. Chile tiene 16 millones de habitantes y exporta el triple que la Argentina. La oferta exportable de la Argentina es escasa y débil; hay que aumentar lo que la Argentina puede vender al mundo: son sus recursos naturales con alto nivel de conocimiento y alto nivel de inversión.
Esta nota fue publicada en la edición digital de Revista Container.