El puerto que hizo un pésimo negocio de alto rédito político
MAR DEL PLATA. El 7 de este mes, una ecuménica convención llegó al puerto de esta ciudad para romper el hechizo de la terminal que hace dos años no recibe barcos por la acumulación de arena (que no se removió) en su canal de acceso (que no se mantuvo). Hace cinco años llegó la draga Mendoza a la Base Naval. La arena sigue tapando al puerto.
Scioli y Randazzo celebraban el desembolso conjunto de $ 108 millones para tornar operativo el puerto y poder así “recibir algún crucero”, según el ministro. Hace cuatro años se terminó la terminal de cruceros. Nunca se inauguró.
Con Scioli y Randazzo estaban también Horacio Tettamanti, subsecretario de Puertos y Vías Navegables de la Nación. Gestor definitorio del dragado, Tettamanti es dueño de un astillero que está en el puerto y que necesita calado para que los barcos puedan entrar a repararse. Asimismo, es dueño de una empresa permisionaria del puerto que se comprometió a remover dos buques hundidos a cambio de no pagar el canon por 10 años. No pagó el canon. No removió los buques. Logró que la Nación financie la limpieza de la basura.
Asistió Ricardo Román, dueño de Servimagnus, integrante de la UTE que se adjudicó el dragado. Román es además dueño de Loginter, accionista de Tecplata, el puerto que Scioli y Tettamanti “venden” como razón de Estado.
La UTE de Román fue la única oferente. Ninguna de las cuatro dragadoras internacionales interesadas se presentó. Los números no cerraban con el presupuesto oficial y se necesitaba una draga de corte. El holding de Román trajo una engrampadora que remueve 746 m3 por hora (la Mendoza, operativa, sacaba 1500 m3) y cobra US$ 13 dólares el m3 removido. El mismo “artefacto naval” irá luego al puerto de Buenos Aires. Cobrará allí US$ 10. Bahía Blanca, un puerto sustentable, firmó en 2012 por US$ 5 con la principal dragadora del mundo. Bahía, como otros puertos, se paga su propio su dragado.
A 10 días de la conferencia de prensa en el muelle, la “draga cangrejera” sigue haciendo pruebas. Cuando salió del puerto para posicionarse tuvo que volver. No aguantaba el oleaje.
Por último, estaba el empresario de balnearios Matías Machinandiarena, a quien Scioli puso al frente del puerto. Machinandiarena recibió una propuesta: construir en el polo naval de Mar del Plata una draga de corte por US$ 250.000 que podrían financiar morosos del canon como SPI Astilleros, la empresa de Tettamanti. La desestimó. Es decir, entre alquilar, por 90 días, y por US$ 13 millones, una draga de dudosa técnica, y comprar en casa, por US$ 250.000, una draga que necesita el puerto, el empresario turístico, e interventor de Scioli, parece que hizo un pésimo negocio económico de alto rédito político.
Fuente: La Nación