
Qué pasó en marzo con la actividad industrial y una advertencia de la UIA sobre cómo sigue
La entidad difundió el comportamiento fabril en el tercer mes del año, comparado contra febrero. Pero también lanzó una advertencia sobre cómo puede seguir.
En febrero, la actividad industrial tuvo una caída interanual de -5,2% y de -0,8% en la medición desestacionalizada con respecto al mes anterior. Se trató de una caída luego del buen desempeño de los meses anteriores asociada a factores como paradas de plantas, vacaciones y una mejor base de comparación.
De acuerdo a datos disponibles, la situación se revirtió en marzo donde se compara contra el comienzo del aislamiento social preventivo y obligatorio.
Los primeros datos de marzo anticipan un nuevo crecimiento de la producción, teniendo en cuenta las subas de producción de vehículos (+125,2%), datos de la construcción (despachos de cemento: +93,5%), consumo de energía eléctrica de grandes usuarios industriales (+26,5%) y un nuevo aumento de las exportaciones hacia Brasil (+11,8%).
En parte estos datos se vieron impulsados por la baja base de marzo de 2020, cuando la producción registró el impacto de las medidas de aislamiento en la segunda quincena del mes. Ajustando por ese efecto, la mejora se mantiene en los indicadores de producción aunque a escala menor.
En tanto, persiste la debilidad de las exportaciones a Brasil que, respecto de marzo de 2019, retrocedieron -7,1%.
Advertencia
Finalizado el primer trimestre, la posibilidad de sostener el ritmo de crecimiento para el resto del año dependerá de la evolución de la situación sanitaria, la campaña de vacunación y el impacto de las recientes medidas para contener el avance de la segunda ola de la COVID-19.
La industria continuará operando bajo estrictos protocolos pero aún así el sector sigue alcanzado por un conjunto de nuevos costos y dificultades ocasionadas a lo largo del 2020 que inciden en el desempeño productivo.
Se trata de los nuevos costos por el elevado ausentismo, la implementación de testeos, el costo de traslado del personal y el clima de incertidumbre macroeconómica. En este marco, la recuperación del empleo asalariado en la industria sigue siendo débil.