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Un inesperado y efectivo “Secretario de Comercio”

Un inesperado y efectivo “Secretario de Comercio”

Columna por Walter Giannoni.


Fue una semana importante en la relación del mundo de las grandes empresas con el Gobierno, con la política y también con la sociedad.

El acto por el 20º aniversario de la Asociación Empresaria Argentina dejó una huella que será difícil de borrar en la percepción que se tiene sobre quienes dirigen las grandes compañías.

En la previa, toda la expectativa estaba puesta en lo que pudiera decir el dueño de Techint, Paolo Rocca, sobre el escándalo (hasta ahora es solamente eso) desatado por la compra de caños para el proyecto de gasoducto de Vaca Muerta.

Pero la humorada del propietario de La Anónima, Federico Braun, sobre las remarcaciones de precios en pleno proceso inflacionario, fue velozmente aprovechada por la “tuitera nacional” y terminó siendo una bomba devastadora para la imagen de los popes de la industria y el comercio.

En un país donde desde hace más de medio siglo las empresas corren con una variada cantidad de estigmatizaciones, algunas justas (la “patria contratista”) y otras que no lo son, la escena del martes pasado es dramática para lo que viene.

El Gobierno atraviesa por uno de los momentos más difíciles de su gestión, condicionado por una brutal pérdida de confianza de parte de los agentes económicos que le complica el financiamiento del gasto, como lo expone Nancy Villarruel en esta edición.

Lo más probable, afirman los economistas–hay que decirlo, de la pandemia para acá vienen acertando sus pronósticos–, es que la inflación se mantenga en niveles muy altos ya no solo en lo que queda del año (a este le faltan seis meses y medio) sino en el resto del mandato de Alberto Fernández, por mirar un ciclo político.

Con la presión internacional en los insumos, la necesidad de actualizar precios será una constante en todos los sectores de la economía. A ese panorama, el dislate de Braun y el lanzazo de CFK le pusieron un corset de hierro. Cualquier pretensión será atribuida a la desenfrenada ambición empresaria por quedarse con la renta de otros.

Sin querer, el dueño de La Anónima se ha transformado en el mejor secretario de Comercio del Gobierno. Ni Paula Español, ni Roberto Feletti, que pasaron sin pena ni gloria por esa cartera, pudieron tanto. Nada será más efectivo ante el aumento de precios que señalar al empresariado como la causa principal de ella. Aunque para nada sea toda la verdad.

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