La entidad tuvo que cambiar su plan de acción, pero mantuvo sus reformas tecnológicas.
Aunque 2018 no cerró mal en números para el sector bancario, el negocio fue muy distinto al que se había planeado al inicio, y las entidades tuvieron que cambiar el foco. Banco Macro, por caso, apostó fuerte al crédito hipotecario, que se frenó con la crisis y tuvo que cambiar las relaciones con los clientes para evitar un aumento desmedido del endeudamiento.
Pese a todo, mantuvo su plan de mejoras tecnológicas, que implicó 100 millones de pesos de inversión en infraestructura (remodelación de sucursales, cajeros, apertura de nuevas casas) en la provincia y proyecta un monto similar para este año, según confirmó Milagro Medrano, gerenta de relaciones institucionales de la entidad, en un encuentro con medios de prensa de Córdoba.
“Las tasas de interés seguirán siendo altas y eso perjudica el nivel de préstamos. Además, el poder adquisitivo de la gente quedó muy atrasado por la inflación y costará recuperarse”, explicó.
La ejecutiva consideró que este año todavía habrá impacto de la recesión económica en los distintos sectores, aunque la recuperación del agro (un rubro importante para el banco en el segmento empresas) será positiva para el negocio.
Cambio tecnológico
Medrano apuntó que el banco está enfocado en mejorar la experiencia de los clientes, para lo cual trabaja con Globant como socio estratégico.
En este aspecto, aclaró que no creen en un banco 100 por ciento digital y que el foco es la llamada omnicanalidad, es decir, que las personas puedan realizar los trámites por el canal que deseen (sucursal física, homebanking, app del celular, cajero) y lo complementen en otro, siempre con la misma experiencia.
“Hoy los clientes se pueden dar de alta todo desde el celular. Estamos trabajando con la biometría para identificar voz, cara y huella digital”, concluyó. Pese a esto, puntualizó que las sucursales físicas seguirán existiendo, aunque irán cambiando su relación con los clientes.
