fbpx

Para volver a los mercados, hace falta algo más que devaluar

davila-01La caída de las ventas al exterior no es un problema sólo de falta de competitividad del sector exportador. Es resultado de una tendencia al cierre de la economía. Se necesita un cambio de políticas.

La caída de las ventas argentinas al exterior no es solamente fruto de un problema de competitividad del sector exportador. Es más bien resultado de un proceso de cierre comercial del país, como resultado de políticas basadas en el fortalecimiento del mercado interno, en detrimento de otras opciones como ampliar la inserción de nuestros productos en el mundo.

Es por esta razón que el actual achicamiento de las exportaciones no se logrará únicamente con un tipo de cambio con el dólar más competitivo. Se requiere de un cambio de políticas donde el Estado debe tener un rol fundamental.

Estas fueron algunas de las ideas que se vertieron en el evento del 38º Aniversario de la Fundación Mediterránea, realizado a principios de septiembre en Córdoba, donde los economistas del Ieral, su instituto de investigaciones, realizaron un análisis de las economías regionales, en especial de los sectores exportadores.

Inés Butler, economista jefe del Ieral, explicó que el nivel de apertura comercial de la economía argentina comenzó a crecer en 1993, cuando se ubicaba por debajo del 15 por ciento (que representa el comercio exterior en porcentaje del PIB) y llegó en el período 2003-2005 a su máximo registro para ubicarse levemente por encima del 30 por ciento.

Pero luego de eso, el nivel de apertura comenzó a caer y para este año se estima que apenas superará levemente el 20 por ciento, una cifra que representa casi la mitad de la apertura que tiene Perú y está muy por debajo de la que tiene Chile.

“La inserción internacional es requisito esencial para el desarrollo productivo, que permite generar puestos de trabajo de calidad”, dijo la economista.

La apertura comercial lograda dio como resultado la incorporación de muchas Pyme industriales al comercio exterior. En 2001 había en el país menos de cuatro mil pequeñas y medianas firmas exportadoras; tras la caída de la convertibilidad y la devaluación posterior, la cantidad llegó a 6.116 en 2011, el último año bueno para el comercio exterior argentino.

Al año siguiente, algunas comenzaron a retirarse y el año pasado ya se ubicaban en 5.591, menos que en 2007, cuando eran más de 5.800, según un trabajo de Marcos Cohen Arazi, también del Ieral.

Otro indicador de este achicamiento es que entre 2009 y 2014 la cantidad de Pyme que exportaban más del cinco por ciento de sus ventas cayó del 22 al 13 por ciento.

Según el economista cordobés, tres grandes sectores agrupan cerca de 90 por ciento del valor exportado por las Pyme: alimentos, tabaco y bebidas, con una participación de 36 por ciento; metalmecánica con 31 por ciento y químicos y plásticos con 23 por ciento. Pero estos contribuyen con seis, nueve y 12 por ciento, respectivamente, de las exportaciones sectoriales totales, lo que muestra lo concentrado que están las ventas al exterior en las grandes compañías.

La concentración en grandes jugadores es otro efecto en paralelo. Mientas en 2001, la relación entre ventas la exterior de grandes empresas versus exportaciones Pyme era de 21 veces, en 2014 ya era de 69 veces.

También se concentraron los destinos exportables. Entre 2005 y 2014, el Mercosur y otros países latinoamericanos pasaron de recibir del 50 al 60 por ciento de las ventas al exterior.

Competitividad sistémica

Tanto Butler como Cohen Arazi insistieron en que de esta situación no se sale únicamente con la devaluación del peso, que podría darle al exportador algo de competitividad cambiaria, pero no modificaría esta tendencia demasiado. Valga, como ejemplo, lo sucedido en enero de 2014.

Ambos economistas recalcaron que además deben aplicarse nuevas políticas tendientes a generar una competitividad más sistémica: esto es reducir la presión tributaria; ofrecer una estabilidad que permita planificar a largo plazo; invertir en infraestructura, principalmente en transporte y energía, y además facilitar el acceso al financiamiento.

Según Cohen Arazi, los cinco factores más importantes por los cuales las Pyme industriales que exportaban dejaron de hacerlo son: los altos costos en dólares de la producción, los costos de implementar una política comercial en el exterior, la insuficiente escala productiva, la burocracia aduanera y de trámites y finalmente los costos logísticos.

Por eso, ambos economistas advierten la necesidad de un cambio de políticas externas, que incluya un rol activo en las negociaciones comerciales; un mejor desempeño de la Aduana; un incremento en la calidad de la infraestructura aérea y portuaria y un trabajo más coordinado entre los sectores público y privado.

En este sentido, presentaron como propuestas de políticas concretas apoyar económicamente la participación en ferias y misiones; difundir los requerimientos internacionales de productos; participar en la búsqueda de socios comerciales; entregar subsidios para afrontar asistencia técnica y capacitación especializadas; asistir en la certificación de calidad y entregar financiamiento específico e incentivos fiscales, especialmente a las exportaciones regionales.

TAGS

COMMENTS

Wordpress (0)
Disqus (0 )