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Vientos de cambio para la maquinaria agrícola

4Entre 2011 y 2015, la venta de cosechadoras y tractores bajaron 27 por ciento. ¿Será 2016 el año de la recuperación? Cómo es el sector y qué suerte puede tener en el comercio exterior.

La industria de la maquinaria agrícola pasó cuatro años muy difíciles y, con el nuevo escenario macroeconómico y político, espera su recuperación en 2016.

¿Cómo está conformado el sector? Lo integran cerca de 730 fabricantes de maquinaria agrícola y agropartes, de las cuales 80 por ciento están en Córdoba y Santa Fe; puntualmente, 91 por ciento de las firmas cordobesas están en el interior provincial.

En general se trata de un rubro diversificado. El 92 por ciento de esta industria son micro, pequeñas y medianas empresas; el ocho por ciento restante son grandes firmas que, sin embargo, apenas representan poco más de la mitad del empleo total y 60 por ciento de las ventas.

Según un reciente informe del Ieral, el centro de estudios de la Fundación Mediterránea, entre 2011 y 2015, las ventas de cosechadoras y tractores bajaron 27 por ciento y mientras que las de sembradoras e implementos cayeron 57 por ciento. El año pasado, por ejemplo, se ubicaron en el mismo nivel de 2009, el más bajo de los últimos 12 años.

El relevamiento muestra para este año las buenas expectativas que hay entre los industriales. Para la mitad de las empresas, la rentabilidad se mantendrá y para 31 por ciento mejorará.

En materia de ventas, 56 de las empresas espera que aumenten en volumen, mientras que sólo 12 por ciento proyecta una disminución.

¿Por qué las nuevas expectativas? El cambio en la política macroeconómica y la eliminación de las retenciones a las exportaciones que aplicó el gobierno de Mauricio Macri apuntaron a mejorar los ingresos del productor agropecuario, lo que hace pensar a los industriales que, después de años de desinversión, el campo tendrá necesariamente que renovar equipos.

“El sector viene mal desde 2008; hubo un pequeño respiro en 2011, pero desde 2012 hasta 2015 la condiciones fueron terribles, las sembradoras fueron las más afectadas. El cambio lo hemos percibido, hay un gran entusiasmo y se nota en las consultas y operaciones; después de muchos años hay un cambio de humor en nuestros clientes”, asegura Rosana Negrini, presidenta de Agrometal.

Por su parte, Fernando Mizzau, director Finanzas y gerente general de Maquinaria de Grupo Agroempresa Argentina explica: “Por ahora, hay muchos productores endeudados. Una parte va para insumos, porque hay mucho retraso en la fertilización, y otra para cubrir deudas pactadas. A fines del año pasado, la venta de maquinaria productiva venía creciendo cinco por ciento cuando en el mundo caía 15 por ciento. El impacto se sentirá en el segundo semestre del año”.

Comercio exterior

La industria nacional tiene una fuerte participación en el rubro sembradoras e implementos, mientras que la importación juega un rol más importante en tractores y cosechadoras. Según el Ieral, estas expectativas de incremento en las ventas incluyen también al comercio exterior.

Argentina está en el puesto 30 del ranking de países exportadores de maquinaria agrícola, un listado liderado por Estados Unidos, Alemania, Italia y China, donde Brasil es el primer latinoamericano, en el puesto 13 y México en el lugar 17.

Las exportaciones registraron un crecimiento brusco entre 2005 y 2008. Según el Ieral, entre esos años los precios de exportación crecieron 32,4 por ciento por año, mientras que entre 2008 y 2013 sólo lo hicieron 3,8 por ciento anualmente.

Las ventas externas del sector pasaron de 54 millones de dólares en 1998 a 369 millones en 2012, con lo que registró un crecimiento acumulado de 583 por ciento en dólares, muy por encima de la media mundial durante el mismo periodo.

De esta manera, la participación argentina en el comercio mundial en 2012 llegó apenas a 0,36 por ciento, aún así todo un avance en comparación con el 0,09 por ciento que representó en 1998.

Entre las razones que frenaron las exportaciones fue la suerte de los principales mercados de la maquinaria argentina. La participación de Venezuela, Uruguay y Brasil, los primeros tres primeros destinos, pasaron a representar conjuntamente 37 por ciento del total exportado en el ciclo 2004-2006 y 56 por ciento en el período 2010-2012.

Si se amplía el cálculo hasta los datos estimados de 2015, en el período 2008-2015 los precios de exportación bajaron 0,8 por ciento por año, mientras que los salarios en dólares crecieron por encima de 9 por ciento anual en el mismo período.

Pero la dificultad más importante para que las exportaciones siguieran creciendo es trasladar al precio el aumento de los costos internos, lo que frenó el ritmo de avance desde 2009 hasta la actualidad.

Según el Ieral, uno de los principales componentes de este problema es la dinámica salarial interna, combinada con el atraso cambiario, que implicó que la suba de costos internos en dólares en el lapso 2007-2012 sea entre 8 y 14 veces comparada con la ocurrida en países competidores.

Pero los problemas van mucho más allá de la mera cuestión salarial. La menor competitividad incluyen componentes tales como “la falta de acceso al financiamiento bancario en gran parte del segmento MiPyme y el bajo aprovechamiento de programas de crédito subsidiado existentes; las demoras crecientes y los problemas de implementación en reintegros de exportación, devoluciones de IVA exportador e IVA por diferencia de alícuotas, y el bono fiscal a fabricantes de bienes de capital y la presión tributaria en general”, según expresa el Ieral.

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