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Desde afuera no sorprende, adentro nos vuelve locos

Desde afuera no sorprende, adentro nos vuelve locos

Por Walter Giannoni.


“Afuera del país no saben si hay problemas con la policía bonaerense o con el coronavirus. Solamente se dedican a leer informaciones financieras que les provee Bank of America, Merrill Lynch. Esas noticias decían: Argentina va a entrar en default, devaluó, está con inflación. El último arreglo con los bonistas fue una muy buena noticia para ellos en Estados Unidos, así que están un poco más confiados de que la situación se pueda revertir y puedan autorizar inversiones”.

La frase, así de extensa y textual, fue disparada por un alto ejecutivo de una multinacional durante un Zoom con clientes de Córdoba y el país del que participó Container.

Es difícil describir lo que sucede en la Argentina aún para los periodistas que, se supone, trabajamos con la palabra y debiéramos saber cómo hacerlo.

En líneas generales hay un Gobierno que no genera un mínimo gesto de confianza en quienes deben tomar decisiones de inversión, pero a la vez existen sectores que ejercen una fuerte atracción para el desarrollo de proyectos. El caso más conocido es el de los agronegocios que en estos días experimenta un empujón adicional con la suba del precio de la soja.

Para qué mercado trabaja la empresa es otro foco. Si lo hace para el interno, para afuera o para los dos y en qué balance. Ahí hay tantos mundos como intereses. Cuántos insumos importados necesita o no, si está regulada o depende sólo de oferta y demanda.

También en los últimos días hemos podido conversar con ejecutivos que ven como sus stocks comienzan a disminuir drásticamente por la imposibilidad de reponer bienes finales traídos del exterior. Y al mismo tiempo, otros que han afirmado no tener ningún inconveniente con ello.

“Me llamaron de la Nación para que fuera a plantear qué necesidad de importación íbamos a tener con la advertencia que sería menor al año pasado. Cuando le mostré al ‘chico’ que exportamos el 70% de lo que producimos se terminó la conversación, no nos pusieron ninguna traba más”, confesó, no sin cierto asombro, otro empresario local.

Todo indica que quienes importan y no tienen ninguna expo la van a pasar mal. “A las importaciones las pagás con tus dólares no con las que traen otros”, sintetizaba en aquella ocasión el hoy “opositor” Guillermo Moreno. Es decir, nada que no se haya visto ya. Desde afuera no sorprende, con no defaultear alcanza, adentro nos vuelve locos.

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